Posted on: 14 agosto, 2020 Posted by: MULCS Comments: 0

14/8/2020

Tras doce días de bloqueos, que crecieron política y territorialmente con el correr de las horas, el Gobierno golpista y la ultraderecha comienzan a atacarlos con bandas paramilitares. En el pueblo aumentan las contradicciones sobre la salida que se pretende de la actual situación. Mientras el MAS validó las elecciones para el 18 de octubre, otros sectores han profundizado las demandas y exigen la renuncia de la autoproclamada presidenta Jeanine Añez.

Durante la tarde del 13 de agosto, en un mensaje a Bolivia la autoproclamada Áñez dijo: “Promulgo esta ley que confirma el 18 de octubre como fecha de la elección”. Durante la mañana del mismo día la Cámara de Senadores y más tarde la de Diputados habían aprobado la ley que pone fecha inamovible a las elecciones, tras un acuerdo entre los senadores del Movimiento Al Socialismo (MAS), Unidad Demócrata (UD) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC).

Con la sanción y promulgación de la ley, la responsable en el senado de la bancada del Movimiento Al Socialismo (MAS), Betty Yañíquez, afirmó que está en manos del TSE resolver el conflicto con los movimientos sociales. “Hemos cumplido con nuestra responsabilidad” de sancionar la ley.

La ley en cuestión llega tras múltiples debates entre los distintos sectores populares. El 9 de agosto, Evo Morales expresó en un twiter: “Las bases movilizadas deben reflexionar y decidir sobre la propuesta de un documento para salir de la crisis que fue negociado entre el TSE, las organizaciones sociales y Naciones Unidas, como garante, para fijar una fecha de elecciones definitiva, inamovible y blindada por ley”

Las idas y vueltas de la COB

Inmediatamente de promulgada, la respuesta de los sectores obreros y campesinos movilizados se hizo conocer, y los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad desconocieron el acuerdo y decidieron mantener los bloqueos de carreteras a escala nacional ya que consideran a la ley como una “traición” . Y argumentaron que se pactó a espaldas de las organizaciones y el pueblo movilizado. “Hoy hemos sufrido una traición y eso tiene que conocer el pueblo, los movilizados, esta ley que jamás se ha consensuado con nosotros, jamás se ha consensuado con el pueblo boliviano”, dijo el secretario de la COB, Juan Carlos Huarachi.

Pero las contradicciones aumentan con el correr de las horas. Y es así que la Secretaria Ejecutiva de la Confederación de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, Segundina Flores cuestionó duramente a los diputados y senadores que aprobaron la ley de las elecciones.

Cambia el relato. En horas de la tarde del viernes 14, Huarachi, destacó que la Ley 1315 garantiza comicios este año y afirmó: “La decisión que hemos tomado en el Comité Ejecutivo es darle un cuarto intermedio al conflicto a nivel nacional hasta el 18 de octubre, porque la lucha no termina y estamos más seguros hoy que nunca que después del 18 de octubre no van a querer hacer el traspaso de mando”. Agregando más adelante: “Nosotros somos los pacificadores para evitar enfrentamientos, muertos, fallecidos”. Finalmente anunció también que se declara vigilia permanente hasta el 18 de octubre, para hacer un control social del proceso electoral.

Cabildo en El Alto: A contra marcha de lo resuelto por la COB, el cabildo de las 20 provincias de La Paz realizado el 14 en El Alto resolvió no acatar el levantamiento de bloqueos y continuar con las movilizaciones hasta la renuncia de la autoproclamada Jeanine Áñez y también pidieron un juicio de responsabilidades contra los integrantes de su gobierno.

En medio de este clima enrarecido, el 12 de agosto, la Cámara de Senadores (cuya mayoría es del MAS) el proyecto de ley que da vía libre al “Bono contra el Hambre” de Bs 1.000 para ser otorgado por única vez a madres que reciban el Bono Juana Azurduy, personas con discapacidad y beneficiarios del Bono Universal (mayores de 18 años). El beneficio no está destinado a las personas que reciben remuneración salarial del sector público o privado. Este bono de mil bolivianos, es el doble del propuesto por Añez de Bs 500.

Camino hacia las elecciones y bloqueos

Esta situación se produce tras 12 días de huelga indefinida y bloqueo de carreteras, como respuesta a la decisión del Tribunal Supremo Electoral de prorrogar las elecciones del 6 de septiembre al 18 de octubre. Con esa medida el TSE disparó una espiral de conflictos que se sumaron a la crítica situación social por la pandemia del covid19 (http://mulcs.com.ar/index.php/2020/08/01/bolivia-mientras-el-pueblo-reclama-elecciones-los-golpistas-preparan-el-autogolpe/)

Así es que desde el lunes 3 de agosto comenzaron bloqueos de carreteras en más de 70 puntos del país y que en la actualidad llegan a 150. Con el correr de los días las demandas de buena parte del pueblo se radicalizó y en la actualidad exigen la renuncia de la presidenta golpista Añez y su gabinete.

Lo que comenzó como una respuesta unificada del pueblo tiene ahora tres componentes principales: el MAS; la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad y las organizaciones sociales y campesinas lideradas por Felipe Quispe, el Mallku.

El MAS tiene presencia en ciertos sectores, pero otros, como Felipe Quispe, no son del MAS ni van a serlo. La coalición masista, por su parte, se tensa sin romperse. Mientras los principales dirigentes marchan hacia las elecciones para el 18 de octubre y apuestan por un triunfo en las urnas; en las calles y en las protestas se radicalizan y una gran parte de esos sectores son la base del MAS. En tanto en las zonas del Alto y el Chapare, la influencia de los máximos dirigentes del MAS es menor y los sectores más radicalizados anuncian que seguirán en la calle hasta lograr la renuncia de la presidenta de facto.

En los días previos al 13 de agosto, la Federación de Trabajadores Campesinos Tupac Katari del Departamento de La Paz dio a conocer que están cambiando la estrategia de lucha y se centrará en la ciudad de El Alto y La Paz, hasta pedir la renuncia de la presidenta golpista.

Y en el noveno día de movilizaciones en la localidad de Achacachi del departamento de La Paz, un cabildo de cinco provincias eligió al ex dirigente campesino Felipe Quispe el Mallku, como Comandante de los bloqueos. La consigna lanzada desde la región de los ponchos rojos es la salida de Añez del palacio de gobierno.

Mientras el MAS y la COB se disputaban por la fecha de las probables elecciones, el comandante de los bloqueos dijo que el pliego de los campesinos que están en las rutas no contempla las elecciones y que si la COB y los del Pacto de Unidad firman el acuerdo, ellos no levantarán el bloqueo porque su demanda principal es la renuncia de Jeanine Áñez.

¿Quién es el Mallku? Felipe Quispe ha afirmado que “Con el nombre de covid19 nos engañan por eso pedimos la inmediata renuncia de la presidenta Jeanine Añez”. Pero este sector exige el retorno a las clases presenciales, en especial en el área rural. Y finalmente sostuvo: “Repudiamos a los croatas, los extranjeros, que están en el Gobierno, ya es tiempo que se vayan a sus países. Nos toca gobernarnos a nosotros, los aymará y quechuas”.

De esta forma, el conflicto cambia de exigir elecciones a ser un reclamo étnico, una constante en la historia del pueblo boliviano.

Las fotos muestran rutas sembradas de rocas y escombros, imposibles de transitar, custodiadas por campesinas y campesinos. Mujeres de pollera sosteniendo las wiphalas sentadas sobre rocas, custodiando el bloqueo, es una imagen común que muestra la decisión de mantener la lucha en muchos sectores.

El problema reside en que muchos de estos cortes de ruta están siendo atacados por bandas parapoliciales y a pesar de las declaraciones de El Mallku y otros dirigentes sobre que están preparados para resistir por la fuerza, lo cierto es que las bandas se mueven con absoluta libertad y sin oposición. Por supuesto, se las denuncia en la prensa, y a los organismos del Estado e internacionales, pero ya se demostró en noviembre 2019 que con eso no alcanza.

Las bandas paramilitares y las Fuerzas Armadas

Mientras los bloqueos continúan, la ultraderecha de Santa Cruz y la gran burguesía boliviana, junto con los sectores ferozmente antiindígenas del gobierno avalan los ataques de las bandas fascistas a los y las campesinas en los corte de ruta. Al mismo tiempo los principales medios de comunicación repiten el discurso del gobierno golpista. Por ejemplo, para el hiper oficialista diario Página Siete los grupos de parapoliciales sólo son “civiles” que enfrentan a bloqueadores.

Unión Juvenil Cruceñista y Resistencia Juvenil Cochala: El 9 de agosto, 25 personas resultaron heridas durante un violento enfrentamiento con jóvenes de la UJC, en un bloqueo en la provincia de San Ignacio de Velasco. Ese mismo día en Cochabamba la RJC atacó varios bloqueos provocando un enfrentamiento contra personas que sostenían el corte de ruta. En imágenes que circulan en medios de prensa y redes sociales, se puede observar que la RJC utilizó varios vehículos y motocicletas, portando chalecos antibalas, armamento artesanal, similar a bazucas, y petardos, así como lo hizo en anteriores ocasiones y con la permisividad del Estado boliviano. Estos grupos también contarían con policías y militares en sus filas y el ministerio de Gobierno estaría cubriendo todos los gastos de desplazamiento, alimentación y logística.

Atacan sede la COB y Bartolina Sisa en La Paz. Durante la noche del jueves 13 atacaron con explosivos la sede de la Central Obrera Boliviana (COB), al mismo tiempo la fachada del edificio también fue manchada con pintura roja, afectando también la sede de mujeres campesinas, Bartolina Sisa, ubicada junto a la sede de la COB.

Luis Fernando Camacho: Por su parte el golpista de Santa Cruz convocó a todas las personas que lucharon en octubre y noviembre de 2019 y salir nuevamente a defender -según su criterio racista- la libertad, la democracia y sobre todo el derecho a la vida porque los bloqueadores no dejan pasar alimentos, medicamentos ni oxígeno medicinal y cuestionó la gestión de Jeanine Áñez, a la que acusó de ser “genuflexa y sometida al MAS, y no cumple su misión constitucional de dar seguridad al país”.

FFAA: En medio de todo este clima, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, expresó que sería políticamente correcto meter bala a los bloqueadores. El problema es que el comandante en jefe del Ejército, Sergio Orellana, ha declarado que las Fuerzas Armadas no pueden salir a desbloquear carreteras mientras no se cumpla dos condiciones: 1) disponer de un Decreto Supremo que les permitiría usar sus armas de guerra para reprimir los bloqueos 2) que la policía sea rebasada. Al parecer después de las masacres de Sacaba y Senkata, los militares quieren ahora que el gobierno se involucre con su firma en las órdenes de represión.

Un final abierto en Bolivia

Llegados a este punto, y tras confirmarse la fecha electoral definitiva, queda en duda cómo se desarrollará el futuro de Bolivia.


1) El gobierno está en la mira de la ONU, por su pésima gestión social y sanitaria, a lo que se suma las represiones indiscriminadas después del golpe.

2) Los paramilitares se mueven con amplia libertad y sin control, lo que implica que las acciones previas al derrocamiento de Evo pueden volver a producirse.

3) El MAS, cruzado por contradicciones internas y su dirigencia se dispone a ir a elecciones como sea, más allá de las diferencias políticas con buena parte de su base electoral.

4) La COB y el Pacto de Unidad, luego de acusar al MAS de traicionar, por haber acordado el 18 de octubre como fecha electoral; la hacen propia a la conquista y levantan los bloqueos. Huarachi, el secretario de la COB, ha olvidado que el 10 de noviembre pidieron la renuncia del presidente Evo, quitándole uno de los pilares para eventualmente resistir.

5) Al cierre de esta nota las bases campesinas, ligadas a Quispe, dicen que continuarán bloqueando las rutas hasta que caiga el gobierno de Áñez. Aunque hay trascendidos de que hay autodefensas campesinas y originarias, lo cierto es que hasta ahora los paramilitares no han sido rechazados cuando atacan los bloqueos.

6) Para agravar la situación del pueblo, con el impacto de la pandemia covid19, muchos sectores de base no se están movilizando y están resguardando sus vidas. Esto a pesar de que según El Mallku ha afirmado que esa enfermedad no afecta a los indígenas: “Creo que no está diseñado para nosotros, creo que se han equivocado los que han lazado esa pandemia. Desde marzo no he visto ni un muerto en mi comunidad, no hay. No estoy mintiendo”. Pero en los centros urbanos los muertos aumentan día a día.

En este contexto, es difícil pronosticar si se llegará al 18 de octubre y en ese caso si las elecciones serán limpias y sin fraude. La logia croata de Santa Cruz, que ha copado medio gabinete, no tiene intenciones a la vista de permitir que el MAS vuelva al Gobierno.

En el marco de estas contradicciones, el pueblo boliviano sigue luchando, recogiendo su experiencia histórica, y aspirando a derrotar finalmente al imperialismo y a la oligarquía local, para retomar el camino de una sociedad para todes les oprimides de Bolivia.