Posted on: 27 octubre, 2021 Posted by: MULCS Comments: 0

27/10/2021

Después de las elecciones de septiembre, la situación social y económica de las mayorías populares continúa agravándose. Los indicadores oficiales nos hablan de cada vez más pobreza, indigencia, inflación, precarización del trabajo. Frente a este panorama, donde unos pocos ganan cada vez más mientras nuestro pueblo trabajador vive cada vez peor, es preciso organizarse, dar la pelea todos los días, mientras construimos propuesta y programa de salida a la nueva crisis a la que nos lleva el capitalismo dependiente que nos domina.

Las medidas “populares” del Gobierno del Frente de Todos, que deberían tener el objetivo de revertir los resultados desfavorables que tuvieron en las PASO, son profundamente insuficientes para mejorar aunque sea un poco las terribles condiciones de vida de las mayorías. De hecho, no han modificado las metas de disminución del “déficit fiscal” que se proponen desde el propio Gobierno, en claro acuerdo no público con el FMI. Al contrario, están sobrecumpliendo estos objetivos de “disminución” del déficit (https://www.ambito.com/economia/pbi/sigue-la-cautela-fiscal-el-paquete-medidas-pos-paso-cuesta-menos-medio-punto-del-n5304656?utm_source=E-mail_sendy&utm_medium=Newsletter&utm_campaign=Newsletter%20ambito.com).

A pesar de los discursos que fueron en el sentido de dar respuestas al descontento popular expresado, en forma distorsionada, en las elecciones, el Gobierno parece muchísimo más preocupado por atender las demandas del poder real, que por cubrir las necesidades populares. En ese sentido, los anuncios económicos que exigen más recursos de las arcas estatales fueron para favorecer a las grandes empresas (como en la política de hidrocarburos o en el Plan agropecuario). Está claro que la conducción del FdT tiene como principal preocupación buscar un acuerdo con ese poder real que domina en nuestro país desde hace décadas (los bancos y el capital financiero, los exportadores del complejo agrosojero, los monopolios que manejan nuestra alimentación y la canasta básica, el imperialismo yanqui).

A las y los de abajo, a nuestra clase trabajadora, nos tocan sólo medidas paliativas, más orientadas a la contención social que a una respuesta real a las inmensas necesidades derivadas de los años de ofensiva antipopular del macrismo, de la pandemia, y de más de una década sin real crecimiento económico.

En este punto, es preciso analizar cuáles son los objetivos reales del Gobierno después del golpe recibido en las elecciones. Es evidente que quienes tienen mayor peso en el FdT sacaron una conclusión: fue un avance de su oposición, y la respuesta debe ir por…acordar con el poder real, y por otorgar más espacios políticos y económicos a esa misma derecha, tanto a la que expresa dentro de la coalición gobernante como a quien conforman la coalición opositora liderada por el PRO. Como parte de esa lectura de la situación, pusieron a un antiderechos como Manzur, repudiado por el movimiento de mujeres y diversidades, al frente del Gobierno como Jefe de Gabinete, y en general se recostaron en el PJ más tradicional y transero.

Al mismo tiempo, una parte importante de su base social, y también de su activismo político y social, sacaron una conclusión contraria: que era necesario dar respuesta a las necesidades populares, ponerle límites claros a las grandes empresas y en especial a los “formadores de precios”, y levantar elementos de un programa más popular.

Esa tensión se expresó en las dos manifestaciones masivas de este 17 de octubre: el acto de Plaza de Mayo convocado por las Madres de Plaza de Mayo y el acto dirigido por la CGT (con los movimientos sociales de la UTEP como socio principal) muestran esa contradicción, que el Gobierno intentará capitalizar a su favor con el viejo argumento del “movimiento amplio” y del “Frente para todos y todas”. Pero no es seguro qué lo pueda conseguir cuando nuestro pueblo percibe que hay muy poco para abajo, y sigue habiendo muchísimas más políticas para los de arriba.

Conceder a los de arriba y la respuesta de siempre: Les pegan en el piso

Preocupado por la inflación (que volvió a crecer en septiembre, después de varios meses de aumentar por debajo del 3% mensual), y por el aumento de la pobreza y la indigencia derivados de la inflación y de los bajos salarios, el Gobierno intenta un congelamiento de los precios de los productos de la canasta básica hasta enero, para superar el desafío electoral, las Fiestas de fin de año, y el posible “diciembre caliente”.

Los últimos datos del INDEC muestran una Canasta básica de 70.000 pesos (que es el piso para superar la “línea de la pobreza”), y una Canasta alimentaria (que mida la “indigencia”) que supera los 30.000 pesos mensuales. Mientras tanto, el salario mínimo legal llega a los 32.000 pesos en octubre, y será de sólo 33.000 pesos en febrero del año próximo. Con estos números, este salario ultra mínimo no cubrirá ni una alimentación mínima, mientras los planes Potenciar Trabajo (que cobra más de un millón de personas, especialmente mujeres que se ocupan de la comida y los cuidados de los sectores más castigados de nuestro pueblo) sólo pagan la mitad de ese “salario” que no es ni vital, ni móvil. Hasta septiembre, la inflación de 2021 superó el 37%, y supera el 50% en el cálculo interanual (en los últimos doce meses). Más del 40% de la población de nuestro país está en situación de pobreza, en este porcentaje se incluye un 10% de la población viviendo en la indigencia, y la mayoría de nuestres niñes sufren la pobreza cada día.

En esta situación, el nuevo responsable de la Secretaria de Comercio Interior viene intentando acordar con los “formadores de precios” el congelamiento de precios hasta el 7 de enero. Estos “formadores” son los monopolios que manejan la mayor parte de los lácteos, los panificados, las pastas secas, los productos de limpieza, etcétera, y los hipermercados que fijan los precios a su antojo. A pesar del incremento de sus tasas de ganancias, estos grandes grupos económicos no están dispuestos a aceptar ningún recorte de precios, y amenazan con generar un desabastecimiento masivo, con el aval de los grandes medios de desinformación masivos.

Uno de los voceros más claros de los monopolios y de la gran burguesía local, Daniel Funes de Rioja (al frente de la UIA y de la Cámara de la industria alimenticia, COPAL), ha mostrado que no está dispuesto a ningún acuerdo de precios con el Gobierno, ni siquiera con este acotado plazo “electoral y veraniego”. Es la conducta histórica de estas empresas: frente a un gobierno que le plantea concesiones hacia el pueblo, lo golpean, y si ven que les cede algo, lo seguirán golpeando hasta obtener todas sus reivindicaciones.

La medida del congelamiento de precios debería ir acompañada de un inmediato aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, y ser parte de un plan integral de control de las ganancias extraordinarias de los monopolios que manejan el mercado interno y las exportaciones en nuestro país.

Mientras los intereses de los de arriba estén mejor representados que los intereses de les trabajadores y los pueblos, las mayorías seguiremos estando en graves problemas. Como hemos dicho muchas veces, nuestra clase trabajadora tiene una enorme experiencia de lucha y organización, y un desafío estratégico impostergable, que es construir nuestro propio proyecto de sociedad y de país para las mayorías populares.

El FMI y la deuda eterna siguen en el centro de la escena

Desde el principio, el Gobierno del Frente de Todos se planteó como uno de sus objetivos la “renegociación” de la deuda con los “acreedores” privados y con el FMI (contraída durante la etapa de Cambiemos para favorecer la fuga de capitales y la especulación financiera). Sin embargo, entre las presiones del gran capital financiero y del imperialismo (recordemos que EEUU maneja el 18 % de los votos en el directorio del Fondo) y las disputas al interior de la coalición gobernante, el deseado acuerdo con el FMI se sigue demorando.

Los sectores más lúcidos del elenco gobernante saben que ni siquiera un acuerdo que postergue los plazos de pago por diez años, y que bajen la tasa de los intereses por el “préstamo adeudado”, les garantiza poder pagar esta deuda ilegítima y odiosa. Pero no tienen un plan B: todos los sectores de peso del FdT tienen el objetivo de reinsertarse en el mercado financiero global (un plan ya presente desde fines del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, y para el cual firmaron un acuerdo con el Club de París).

La derrota electoral llevó a sectores de su base a cuestionar el acuerdo con el FMI, que se sigue cocinando en secreto (como es habitual en sus negocios financieros) entre el ministro Guzmán y la titular del FMI Georgieva. Recordemos que durante este año se pagarán 5.000 millones de dólares al Fondo, y que el año próximo tendrían que pagar 19.500 millones si no llegan al acuerdo buscado, un monto completamente imposible aunque aplicaran el ajuste más salvaje de nuestras condiciones de vida.

Las legítimas aspiraciones de una vida digna por parte de la base social que apoyó al FdT para sacarse de encima al proyecto antipopular de Cambiemos chocan de frente con la decisión de su dirección de buscar la renegociación de la deuda, sin investigar su legalidad ni su legitimidad como planteamos el conjunto de las organizaciones que conformamos la Autoconvocatoria por la Suspensión del Pago e Investigación de la Deuda. Eduardo Lucita hace un muy claro resumen de la situación de la deuda en esta entrevista (https://www.anred.org/2021/10/24/deuda-la-suspension-de-los-pagos-es-perfectamente-posible-pero-no-debe-ser-una-medida-aislada/).

Desde ese espacio estamos promoviendo una amplia movilización popular para el próximo 4 de noviembre, que muestre el descontento popular con el FMI y esta renegociación, y presione al Gobierno para intentar obligarlo a cambiar esta política ruinosa para el país y para nuestro pueblo trabajador.

Una salida política desde abajo y a la izquierda

Desde el MULCS, como parte del Movimiento de los Pueblos: Por un socialismo feminista desde abajo, planteamos el voto crítico a las listas del FIT Unidad en las PASO, y lo seguimos proponiendo en las legislativas del próximo 14 de noviembre. Junto a otras organizaciones y compañeres, estamos promoviendo nuevamente una declaración de apoyo al FIT-U (http://mulcs.com.ar/index.php/2021/10/18/votamos-y-llamamos-a-votar-al-fit-unidad/).

Con las organizaciones del FIT tenemos importantes diferencias: el enfoque internacional y nuestroamericano, la necesidad de sostener una política más amplia y de diálogo con el conjunto del movimiento popular, y la propuesta de construir un amplio frente político y social, no limitado a una única tradición política de la izquierda de nuestro país. Al mismo tiempo, vemos que es imprescindible que el descontento social no se traslade al aumento del voto a las opciones reaccionarias más derechistas (como Juntos por el Cambio y los falsos “libertarios” autoritarios), sino que nuestro pueblo trabajador tenga una opción para expresar esa bronca por izquierda. A pesar de las diferencias, somos parte junto a las organizaciones del FIT Unidad de distintos espacios de organización y lucha, y nos reconocemos como corrientes que participamos en las luchas cotidianas de nuestra clase y de nuestro movimiento popular enfrentando la explotación y la opresión.

Para el MULCS es más relevante que la inclinación electoral intervenir en el debate público de los ejes programáticos centrales en la discusión estratégica en nuestro país: en el cuestionamiento a la deuda ilegítima y odiosa; en la recuperación de nuestra soberanía sobre vías navegables y puertos, en la soberanía alimentaria, productiva, financiera; en las luchas contra el modelo extractivista y explotador, contra el modelo del agronegocio y la especulación inmobiliaria.

Vamos por una propuesta de cara a las mayorías populares, que genere un amplio debate obrero y popular para romper el círculo de la dependencia capitalista, para luchar contra el modelo patriarcal, imperialista y capitalista. Hay que buscar una salida de fondo a la encerrona en que nos encontramos como pueblo y como país, como parte de la etapa que atravesamos los pueblos de Nuestra América.

Construir desde abajo para cambiarlo todo

Se trata de construir una amplia alternativa de las y los de abajo, antiimperialista y de clase, feminista y popular, anticapitalista, latinoamericana e internacionalista, que se proponga en serio derrotar el proyecto del poder real que domina nuestro país y nuestro continente. Para avanzar en esa tarea, es muy importante seguir conformándonos desde el MULCS como Movimiento Político y social, con capacidad de actuar en todos los planos de lucha existentes.

Mientras la mayor parte de nuestro pueblo trabajador debata la situación política en tiempos electorales, será necesario intervenir con claridad en ese plano, sin que sea la tarea principal de nuestro accionar y sin enredarnos en disputas “institucionales”.

Vamos por construir un amplio Movimiento político y social, con el objetivo de organizar a las masas populares y de disputar el poder político a nuestros enemigos de siempre, que se organice en los distintos sectores de nuestra clase trabajadora, en el movimiento de mujeres y diversidades, entre los pueblos originarios y el movimiento campesino, en las luchas ambientales y antiextractivistas, en el movimiento estudiantil y cultural, y junto a les luchadores por los derechos humanos.

Con firmeza estratégica y amplitud en las formas organizativas seguiremos organizándonos, con la bronca acumulada contra el imperialismo, el capital financiero y el modelo patriarcal, para construir un país y un mundo sin explotadores ni explotades.