América Nuestra N° 5 – año 1-noviembre 2014 –
El malestar, la bronca, la frustración, anidan contradictoriamente en los sectores populares del país. A la par de una gran presión de los grupos económicos más concentrados (fondos buitres, “corridas” del dólar, suba de precios), tanto sobre el Gobierno como sobre quienes quieren sucederlo, todos acuerdan en descargar una ofensiva contra el pueblo: caída del salario, desalojos, despidos, persecuciones, “limpieza” de activistas, militarización de empresas y barriadas, procesamientos y encarcelamientos. Las clases dominantes, incluyendo a muchos que acompañaron “el modelo” amasando fortunas en su década “ganada”, aprietan fuerte. Aunque valoran la “gobernabilidad” lograda y buscan una salida ordenada del ciclo K, siempre que sigan intactos sus negocios.
Esa presión ante el capitalismo argentino “en serio”, en el que la dependencia sigue siendo su rasgo principal1, es parte de una contraofensiva del imperialismo y el capital monopólico contra los pueblos de Nuestra América. Ocurre en medio de la crisis que sigue golpeando en los centros del poder mundial, e incluye el continuo asedio a la Revolución Bolivariana. o la presión junto a toda la gran burguesía brasileña para someter al “mercado” a la economía de ese país tras la reelección de Rousseff.
Peleas por la sucesión
En ese marco, el Gobierno y la oposición burguesa no ahorran munición pesada en sus disputas por el sillón presidencial y los negocios que éste permite.
El kirchnerismo, que sabe tomar la iniciativa y propagandizarla, en lo económico ha golpeado a los grupos de la «city porteña» que venían apostando fuerte a una nueva devaluación, mediante allanamientos a casas de cambio y financieras, a lo que suma los dólares anticipados por las cerealeras, las aseguradoras, los que ingresan por el “swap”2de los chinos, y por nuevas emisiones de bonos y ajustables al valor del dólar a futuro. Con estas medidas, contiene por ahora la suba del dólar en los mercados formales e informales, y patea para adelante el pago a los buitres.
La “oposición” destapa turbios negociados de la familia presidencial y su entorno. El kirchnerismo contraataca denunciando una millonaria evasión y fuga de capitales que involucra ¡a más de 4000 capitalistas! Cada pelea desnuda una corrupción inseparable de este sistema y de los bandos en pugna que nada tienen de “nacionales” ni de “populares”.
Para nosotros y nosotras, la clase trabajadora y el pueblo, esa confrontación es casi un espectáculo ajeno, aunque los dirigentes burgueses se disputan qué hacer con nuestras vidas, nuestros bienes comunes, nuestra soberanía, como lo vienen haciendo desde siempre.
Pagar la deuda ilegítima y fraudulenta se transformó en virtud. Y tanto el Gobierno como la oposición patronal están de acuerdo. Sólo discuten cuándo y cómo.
La entrega del petróleo, gas, minerales, consumada con la nueva ley de hidrocarburos que acaba de aprobarse, también los encuentra juntos. Sólo discuten cuándo, cómo, y a quiénes y de que forma se les entrega.
Lo mismo puede decirse del modelo productivo extractivista en general, como la proyectada nueva Ley de semillas, a medida de la multinacional Monsanto.
Al capital le sobran candidatos
Massa y hasta Macri (que acaban de reunirse con el ex presidente de Colombia, el narcofascista Uribe, con la excusa del combate al ¡narcotráfico!) se envalentonan con la posibilidad de ser presidentes. Mientras seducen a los desunidos de UNEN especulan frente a un Scioli tan reaccionario como ellos, pero cuyo alineamiento con el Gobierno, si éste desbarrancara, les podría facilitar la tarea. Ellos, como Binner, Cobos o Carrió, se postulan para seguir gestionando el capitalismo y mantenernos bajo su control con todas las penurias que padecemos cotidianamente.
Paralelamente, avanzan la corrupción y el delito en grandes proporciones, como el narcotráfico, la trata de personas y el contrabando. No hay delincuentes de guante blanco presos. Policías, jueces, empresarios y políticos involucrados en esas estructuras mafiosas tienen sus espaldas cubiertas por sus iguales de clase, que ni los investigan, ni los encarcelan. Pero las cárceles están llenas de pobres, o peor aún, nuestros hijos son asesinados por las policías, como ha sucedido con Luciano Arruga y tantos pibes.
La resistencia a la ofensiva empresarial
Durante 2014 nuestra clase ha luchado. Pero en muchas fábricas apenas si se notó la resistencia contra suspensiones y despidos, y donde la hubo, fue dificilísimo que arraigue en el conjunto de las y los laburantes, ante tanta presión e impunidad patronal y de la burocracia y sus patotas (Gestamp, Lear). En el Estado, en especial en el sector educativo (donde la estabilidad laboral es mayor y no se afecta en forma directa la producción) hubo y hay conflictos de envergadura, que no terminan de escapar del control de las burocracias políticas y sindicales. Esas luchas reivindicativas, en lo sindical o en los territorios, no han podido frenar la ofensiva de nuestros enemigos de clase. Sobre todo, porque no logramos avanzar en mayores niveles de unidad, organización y conciencia política entre las más amplias masas populares. Ese es el problema central a resolver desde la izquierda anticapitalista y socialista: construir una perspectiva política de poder, popular y de masas, a la par de desarrollar y multiplicar los esfuerzos que venimos haciendo en la lucha por mejores condiciones de vida.
Un 2015 marcado por las elecciones
Para las clases populares no es indiferente cómo se dirima la actual contradicción en el seno de las clases dominantes. Por eso como parte del pueblo oprimido y las clases explotadas debemos tener una actitud independiente frente al Gobierno nacional y su oposición derechista.
Consideramos que para llevar adelante esta política independiente es necesario constituir un gran Frente Único de lxs explotadxs y oprimidxs que luche por:
- Rechazar las presiones imperialistas de la justicia yanqui y los fondos buitre
- Suspender los pagos. investigar la deuda externa, enjuiciar y castigar a los responsables económicos y políticos de esta estafa.
- Establecer el monopolio estatal sobre el comercio exterior.
- Nacionalizar la banca.
- Prohibir despidos y suspensiones
- Reducir la jornada laboral y repartir el trabajo existente.
- Estatizar con gestión obrera de toda empresa que cierre.
- Defender el poder adquisitivo con la reducción del IVA en los artículos de primera necesidad.
- Actualizar periódicamente los salarios e ingresos populares según la evolución de los precios.
- Anular el impuesto al salario, acompañado de una propuesta de nueva política tributaria.
- Aplicar efectivamente la Ley de Abastecimiento -control de costos, tasas de ganancia y volúmenes de producción de los formadores de precios-.
- Aplicar un impuesto extraordinario a quienes fugaron miles de millones de dólares.
- Recuperar todos los recursos energéticos y el transporte público. Por una YPF 100% estatal autogestionada y pública con control popular. Electricidad, rutas y redes ferroviarias equipadas, reconstruidas y ampliadas, anulando toda concesión privada.
- Instrumentar políticas de soberanía alimentaria y terminar con este modelo productivo depredador entregado a empresas como Monsanto.
- Anular las concesiones de explotación minera, como también rescindir los contratos secretos hechos a espaldas del debate social, como por ejemplo con Chevron y la recién sancionada Ley de hidrocarburos.
1 Esa dependencia no es sólo del capital trasnacional yanqui y europeo, sino también del chino; la relación con esa potencia, centrada en la extracción de materias primas o la importación de trenes mientras faltan divisas y se desmantela la fábrica nacional ferroviaria EMFER, son un ejemplo elocuente.
2 Este swap implica un intercambio de divisas, que significa un colchón de yuanes (que pueden cambiarse por dólares) a cambio de pesos.