Obrero textil y maestro de escuela, Armando supo hacer suyas las influencias anarquistas paternas que no tardaron en convertirlo en un activista gremial ya desde su juventud temprana,durante el primer gobierno de Perón. Sostendrá la identidad peronista con firmeza también en los malos tiempos, con los primeros pasos de la Resistencia.
Desde entonces, participará en su Salta natal en una militancia clandestina que lo llevará alternativamente tanto a la cárcel como a migrara otras provincias norteñas, buscando el refugio que le permitiera seguir sus actividades. Organizador de Unidades Básicas, miembro del «Comando 17 de Octubre» ligado a los Uturuncos de Félix Serravalle, organizador de la primera guerrilla peronista, Jaime se destacará por no desentonar en ningún puesto de lucha, sea ya armando caños como sosteniendo encendidas polémicas en los numerosos debates políticos que atravesaron al peronismo revolucionario.
Miembro fundador del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) junto a figuras como Mario Vallota y Gustavo Rearte, y luego del Frente Revolucionario Peronista (FRP) acompañado por el infatigable Juan Carlos Arroyo, su pequeña figura se irá agigantando con la multiplicación de tareas, que incluyeron la formación del primigenio Ejército de Liberación del Norte, luego Nacional, brazo armado del FRP, que realizó un frustrado ensayo de guerrilla rural en Tucumán, Salta y Formosa. De formación atea y de identidad peronista, Armando supo adscribir al marxismo sosteniendo como premisa la lucha por la revolución socialista, tomando distancia del progresismo populista embanderado en el antiimperialismo nacional. Su posición internacionalista lo llevará una vez más a la cárcel bajo el gobierno del radical Arturo Illia, cuando los reyes de Bélgica llegaran al país con la intención de negociar la instalación en el norte argentino de los colonos que habían sido expulsados del Congo. Jaime organizará entonces una “recepción” con carteles y globos con el nombre del revolucionario Patrice Lumumba. La protesta terminará con la quema de una bandera belga y la imputación a Jaime y dos compañeros más que les costará poco más de un año de prisión.
Fue uno de los más importantes dirigentes clasistas de la CGT de Salta que en los 70 se definió por el socialismo, y acompañó los destinos del gobierno popular de Salta de Miguel Ragone, hoy como tantos/ as otros/as compañeros/as desaparecido.
La formación del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), junto a Agustín Tosco y al PRT de Mario Roberto Santucho, y otros compañeros/as de distintas organizaciones revolucionarias, también lo hallará entre sus principales promotores, animando la independencia de clase de los trabajadores y la unidad de las organizaciones revolucionarias. Propuesto para acompañar a Agustín Tosco en las elecciones presidenciales del 23 de septiembre de 1973 en una fórmula clasista y revolucionaria, que no se concretó, la represión del gobierno de Isabel y la actuación de la Triple A lo condenarán a una nueva clandestinidad que, finalmente, lo llevará al exilio en 1976, recalando en varios países de América Latina y en España.
Entre 1976 y 1977 el FRP se fusiona con el MR17 constituyéndose el FR17. Avatares de la época hicieron que esa organización no pudiera mantener la unidad.
El exilio será su nuevo puesto de lucha, denunciando en los sindicatos de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia la situación represiva en nuestro país para ser presentada en la asamblea de la OIT. Su campaña continuará en Brasil, contribuyendo a la formación de Clamor, una institución de denuncia contra el Terrorismo de Estado.
La restauración constitucional le permitirá regresar en 1984 para instalarse en Salta, donde continuará la militancia política animando al Movimiento Obrero Campesino Estudiantil y Popular (MOCEP). Nunca cejó en su intento por la unidad de los revolucionarios, de allí es que la resistencia al menemismo lo encontró, junto a otros/ as compañeros/as construyendo instancias tales como la Coordinadora de Organizaciones por el Frente Revolucionario (COPOFRE), y la Coordinadora de Organizaciones Antiimperialistas y Revolucionarias (COAR).
En los últimos años, ha participado de numerosas iniciativas buscando la unidad de las organizaciones popu- lares y revolucionarias, y en ese marco participa actualmente, junto al MOCEP, en la construcción del Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS), y desde allí en ámbitos tales como el Espacio del 20 de diciembre, ya escala regional en la Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.
En síntesis, el compañero Armando Jaime ha militado, de diversas maneras, durante más de sesenta años por un proyecto antiimperialista, popular y por el socialismo, hoy cuando el 9 de octubre cumple, 80 años queremos rendirle un justo homenaje a esa larga trayectoria de militancia y compromiso.