8/10/2020
En estas horas oscuras, en que el enemigo desesperado agrede, los tibios reptan negándose, o afirmándose como lo que nunca dejaron de ser, recordar a ese Hombre Nuevo en construcción, más que un homenaje es un deber revolucionario.
Intentaron asesinarlo de tantas maneras, acaso la mas dura y dolorosa sucedió hace 53 años. Las más refinadas pero no menos arteras fueron la adulación, la estatua que lo hiciera inalcanzable, de modo que no dejara el peligro del ejemplo. No lo consiguieron. En su impotencia, lo volvieron objeto de consumo, pero no evitaron que siguiera naciendo; entonces ensayaron el olivido, ya que la calumnia era insostenible. Él sigue naciendo donde quiera que existamos.