Posted on: 24 mayo, 2021 Posted by: MULCS Comments: 0

por Pablo Goodbar

24/5/2021

Este domingo 23 de mayo, en medio de las tristezas de la pandemia, falleció la compañera Felisa Lemos, militante revolucionaria, médica popular, correntina desde el nacimiento, y nicaragüense por adopción desde los años de la Revolución Sandinista. En su larga historia de lucha, Felisa formó parte del MULCS durante varios años, aportando sus historias y sus pasiones. Desde el MULCS la homenajeamos en vida, con un largo reportaje donde nos contó su historia: http://mulcs.com.ar/index.php/2013/03/24/felisa-lemos-una-revolucionaria-por-los-caminos-de-latinoamerica/

Corría el invierno de 2012, y durante un par de largas jornadas conversamos con Feli sobre su vida, su familia, comimos y bebimos, reímos y nos entristecimos. Buena parte de esas charlas y recuerdos quedaron plasmados en esa revista.

Pero Felisa fue mucho más en su vida: militante popular desde siempre, preocupada por la salud de nuestro pueblo, siempre dispuesta y curiosa por recuperar los saberes de nuestros pueblos originarios en las medicinas tradicionales. Nunca olvidaré cómo relataba su experiencia en los Esteros del Iberá, montada a caballo, atravesando los humedales, brillando sobre el agua, con las paisanas y paisanos de esas tierras. Ella relataba cómo, poco a poco, fue aprendiendo qué enseñanzas de la carrera de Medicina eran valiosas, y cuáles había que ir cambiando, para reemplazarlas con el saber de los pueblos.

Contaba también sobre su amada Nicaragua, sobre sus muertas y muertos allá en medio de la guerra desatada por la contrarrevolución (organizada por los yanquis, y orquestada desde las tierras hermanas de Honduras), y sobre sus compañeres allá, tan entrañables como ella. Tanto en Corrientes como en los años de la Revolución Sandinista, Feli siempre estuvo en contacto con el campo, conviviendo, aprendiendo y enseñando con las mujeres y los hombres del pueblo campesino de nuestro continente más profundo.

Después de la derrota de la revolución en Nicaragua, en 1990, volvió a la Argentina, y recaló en Rosario, donde ejerció como médica pública y popular. En esa ciudad se encontró con un sistema de atención pública de la salud que crecía, pero que no podía contener ni la miseria creciente de los territorios de la soja, ni el narcotráfico que cada día ataca más a la población joven más empobrecida de Rosario y sus alrededores.

Muchos años después, nos conocimos cuando con un grupo de militantes de Rosario confluimos en la construcción del MULCS. Su mente era libre y joven, aunque su cuerpo de a poco dejaba de acompañarla en sus viajes por el continente, algunos de los que narra hermosamente Claudia Korol (http://mulcs.com.ar/index.php/2021/05/24/hasta-siempre-feli-la-bruja-irredenta/). Hablaba de sus compañeres en Nicaragua y en la Argentina con el mismo amor con el que hablaba de sus hijes y su familia.

En los últimos tiempos nos vimos menos, pero estábamos siempre unides por esos lazos de amor que surgieron. Felisa siempre pensó en clave nuestroamericana y revolucionaria, intuyó que por ahí vendrían certezas y perspectivas de cambio, y hasta el final sostuvo las banderas populares y rojinegras de la Revolución Sandinista.

Feli, hasta siempre, sé que te recibirán bien en ese cielo de les revolucionaries, tendrán un buen mate, y un buen vino.

Hasta la victoria siempre

¿Dónde nos vemos, compañeros? En la lucha…

Arriba los pobres del mundo