Posted on: 24 julio, 2013 Posted by: MULCS Comments: 0

América Nuestra N°1 – Año 1- julio 2013 – ALBA

El 5 de marzo de 2013 falleció el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías. Los pueblos del mundo perdieron a un líder. El ALBA, perdió a uno de sus padres. El otro –Fidel- continúa viviendo irreductible en la gloriosa e indómita Cuba Socialista.

¿Cómo se define el éxito o el fracaso del ALBA?

¿Por sus éxitos políticos? ¿Por los económicos? ¿Por su programa? ¿Por lo que podría haber hecho y no hizo? ¿Por las expectativas que estimuló en los pueblos nuestramericanos?

¿Por lo que piensa el enemigo? ¿Por las descaradas políticas desestabilizadoras del imperialismo en los países del ALBA?

El antecedente

En 2005 llegó a la Cumbre de las Américas, en Mar del Plata, el presidente estadounidense George Bush con la intención de doblar la cerviz a todos los mandatarios de América con la firma del ALCA. Sin embargo, esa creación del imperialismo yanqui, que pretendía un gran acuerdo de libre comercio desde Alaska hasta Tierra del Fuego, cayó bajo el fuego graneado de los mandatarios latinoamericanos y los pueblos de Nuestra América, que rechazaron en los salones de la Cumbre y en las calles la maniobra. Y así el invasor de Irak y Afganistán, el omnipotente jerarca de Washington, acostumbrado a colocar en la lista del mal a aquellos que no aceptaran las órdenes del imperio, debió regresar sin ninguna firma al pie de su ALCA.

Dijo Chávez en su discurso en la Cumbre de los Pueblos: “Entre muchas cosas, cada uno de nosotros trajo una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA…ALCA, ALCA, AL CArajo. ¿Quién enterró al ALCA? Los pueblos de América”.

Y fue así que, a partir de aquellos días América Latina no fue la misma después de Mar del Plata. EEUU tampoco.

En los años siguientes a Mar del Plata, el ALBA se desarrolló sumando países; y, expresando tanto en Nuestra América como en el resto del planeta, un programa político de vanguardia que critica a fondo al capitalismo, retoma el antiimperialismo y propugna el socialismo. Al mismo tiempo, que incorporaba nuevas demandas, como el respeto a la Madre Tierra, la defensa de los pueblos originarios, las de las minorías oprimidas, entre otras reivindicaciones.

La historia como argumento

Pero la historia del intento de integración latinoamericana arranca más atrás. En su Convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá, realizado el 7 de diciembre de 1824, Simón Bolívar expresaba:

“Después de quince años de sacrificios consagrados a la libertad de América, por obtener el sistema de garantías que, en paz y guerra, sea el escudo de nuestro nuevo destino, es tiempo ya de que los intereses y las relaciones que unen entre sí a las repúblicas americanas, antes colonias españolas, tengan una base fundamental que eternice, si es posible, la duración de estos gobiernos.

Entablar aquel sistema y consolidar el poder de este gran cuerpo político, pertenece al ejercicio de una autoridad sublime, que dirija la política de nuestros gobiernos, cuyo influjo mantenga la uniformidad de sus principios, y cuyo nombre solo calme nuestras tempestades. Tan respetable autoridad no puede existir sino en una asamblea de plenipotenciarios nombrados por cada una de nuestras repúblicas, y reunidos bajo los auspicios de la victoria, obtenida por nuestras armas contra el poder español”.

Lamentablemente el sueño de Bolívar no pudo realizarse. Las oligarquías criollas aliadas con el imperialismo inglés, impidieron la unidad ansiada.

Nace el ALBA

Ciento ochenta años más tardes, el 14 de diciembre de 2004, Fidel Castro y Hugo Chávez firmaron la declaración conjunta para la creación de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Entre sus párrafos afirmaban:

“[…] coincidimos plenamente en que el ALBA no se hará realidad con criterios mercantilistas ni intereses egoístas de ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos. Solo una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la imposibilidad de que nuestros países se desarrollen y sean verdaderamente independientes de forma aislada, será capaz de lograr lo que Bolívar llamó ‘ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria’ y que Martí concibiera como la América Nuestra para diferenciarla de la otra América, expansionista y de apetitos imperiales.

Expresamos así mismo que el ALBA tiene por objetivo la transformación de las sociedades Latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y que, por ello, está concebida como un proceso integral que asegure la eliminación de las desigualdades sociales y fomente la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino”.

2009 fue un año trascendente en el desarrollo del ALBA. En febrero, se realizó la Cumbre Extraordinaria de Cumaná, que puso límites precisos a lo que días después sería la V Cumbre de las Américas, en Trinidad Tobago. A este encuentro hemisférico llegaba para hacer su presentación ante los presidentes latinoamericanos, el recién electo de EEUU, Barack Obama. Obama y la administración demócrata pretendían con un discurso, aparentemente más abierto, remontar la catástrofe que fue para EEUU la derrota del ALCA en la cumbre anterior de Mar del Plata.

En Cumaná, los mandatarios del ALBA, cuestionaron el proyecto de resolución que días después se debatiría en Trinidad Tobago, por que

“No da respuestas al tema de la Crisis Económica Global, a pesar de que ésta constituye el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas y la más seria amenaza de la época actual para el bienestar de nuestros pueblos.

Excluye injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y su gobierno han sido incesantemente objeto, de manera criminal”.

Párrafos más abajo, la declaración de Cumaná afirma:

“La crisis económica global, la del cambio climático, la alimentaria, y la energética son producto de la decadencia del capitalismo que amenaza con acabar con la propia existencia de la vida y el planeta. Para evitar este desenlace es necesario desarrollar un modelo alternativo al sistema capitalista.

  • Un sistema de solidaridad y complementariedad y no de competencia;
  • Un sistema de armonía con nuestra madre tierra y no de saqueo de los recursos naturales;
  • Un sistema de diversidad cultural y no de aplastamiento de culturas e imposición de valores culturales y estilos de vida ajenos a las realidades de nuestros países;
  • Un sistema de paz basado en la justicia social y no en políticas y guerras imperialistas;
  • En síntesis, un sistema que recupere la condición humana de nuestras sociedades y pueblos y no los reduzca a ser simples consumidores o mercancías.”

Finalmente, los países del ALBA no firmaron la declaración de la V Cumbre de las Américas, en tanto que Brasil y Argentina lo hicieron “con reservas”. Obama pese a que la prensa mundial lo aplaudió y lisonjeó como el iniciador de una nueva era en las relaciones con el sur del continente, volvió a Washington con el sabor amargo de no haber podido restaurar la hegemonía imperialista en la región.

A fines del mismo año se realizó la Cumbre de Cochabamba en 2009, en la que además de ratificar el avance de los procesos de cambios en los distintos países de la alianza; se firmó del acuerdo marco del Sistema Único de Compensación Regional de pago (SUCRE), que como dijo el presidente de Venezuela, en las Líneas Chávez:

“En él se condensa la voluntad de un proyecto alternativo viable y justo para nuestra región, de cara a los estragos de la crisis financiera. De la crisis, enfaticemos, no sólo del capitalismo como modelo sino de la lógica misma del capital”.

Para afirmar más adelante que:

“Un modelo económico regional unificado a través de una moneda propia, desde su lectura política, no sólo implica mayor equidad y soberanía en el intercambio: la construcción de una nueva arquitectura económica y financiera debe venir acompañada de una profunda voluntad de producir justicia social, económica, ambiental.

Y esta tarea no podría ser posible sin la participación directa de los movimientos sociales, campesinos, feministas. Ellos son la base fundamental del pueblo organizado en la Alianza Bolivariana y el sustrato ideológico de nuestra historia: quien conoce desde cada localidad, desde cada región, en su historia e identidad, los modos más justos de intercambio, de producción de cultura y dignidad, de trabajo agroecológico de la tierra y de una economía justa y popular; es el pueblo organizado que vive en constante lucha por sus necesidades y sus reivindicaciones. El poder popular en su más clara expresión”.

En la declaración final de la VII Cumbre, esta comienza afirmando:

“Por su esencia, el capitalismo y su máxima expresión el imperialismo, están destruyendo la propia existencia de la humanidad y nuestra Madre Tierra. La crisis económica global, la crisis del cambio climático, la crisis alimentaria, y la crisis energética son de carácter estructural y se deben, fundamentalmente, a patrones de producción, distribución y consumo insostenibles, a la concentración y acumulación del capital en pocas manos, al saqueo permanente e indiscriminado de los recursos naturales, a la mercantilización de la vida y a la especulación a todos los niveles para beneficio de unos pocos”.

Entre los acuerdos que se han plasmado hasta la actualidad dentro del ALBA, sobresalen la instauración del Banco del ALBA, el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), una especie de moneda virtual que reemplaza al dólar como moneda de intercambio. Además están en ejecución diversos programas en sectores como la salud pública, educación, cultura, energía, agricultura, comercio, alimentación, telecomunicaciones, minería, industria y finanzas.

Sin embargo el ALBA es mucho más que acuerdos económicos. Esta propuesta forma parte de un proyecto más ambicioso que, en Venezuela ha pasado a denominarse socialismo del siglo XXI. En tanto, en Bolivia y Ecuador aunque sus presidentes y dirigentes reivindican públicamente el socialismo, en este momento histórico impulsan el proceso en la dirección de realizar cambios estructurales que permitan efectuar profundas reformas democráticas. Reformas resistidas por las oligarquías locales y el imperialismo que ven peligrar su dominio con el ascenso de las masas a la vida política.

Para los EEUU, el ALBA es parte del Eje del Mal

El 17 de noviembre de 2010, el Congreso de los EEUU patrocinó un encuentro denominado: “Peligro en los Andes: Amenazas a la democracia, los derechos humanos y la seguridad interamericana”.

El evento contó con la participación de los jefes de las comisiones de relaciones exteriores, incluyendo a Elliot Engel, demócrata de Nueva York y jefe del Sub-Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental; Connie Mack, republicano de Florida y próximo jefe del Sub-Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental; Ileana Ros-Lehtinen, republicana de Florida y próxima jefa del Comité de Relaciones Exteriores; y Ron Klein, demócrata de Florida y miembro del Sub-Comité de Relaciones Exteriores para el Hemisferio Occidental.

La presencia de demócratas y republicanos en este evento contra los países de la ALBA evidencia que la política agresiva de Washington hacia América Latina es una política de Estado, asumida tanto por republicanos como por demócratas.

Los temas principales que se discutieron en el seno del Congreso estadounidense fueron:

-¿Están bajo peligro la democracia y los derechos humanos por el desarrollo del ‘Socialismo del Siglo XXI’ en Venezuela, Ecuador y Bolivia?

– ¿La ALBA de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua constituye una amenaza a los intereses estadounidenses y la seguridad interamericana?

– ¿La política de Estados Unidos hacia la región está equipada para responder a la erosión de la democracia y la influencia peligrosa de actores hostiles como Irán, grupos terroristas y narcotraficantes?

Estos ejes de debate, demuestran mejor que ningún otro argumento que los ataques diplomáticos y el accionar desestabilizante de diversas ONGs contra países como Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua – todos miembros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) – tienen como objetivo claro derrocar a los actuales presidentes del ALBA. En este marco se comprende con mayor claridad, el derrocamiento de Manuel Zelaya, presidente de Honduras, el 28 de junio de 2009. Tras unas elecciones amañadas llegó a la presidencia el golpista Porfirio Lobos Sosa y una de sus primeras medidas de gobierno fue que Honduras saliera del ALBA.

EEUU demostró una vez más que, socavar el ALBA es una cuestión de Estado (no importa quién sea el inquilino de la Casa Blanca) cuando el 11 de mayo de 2013 ingresaron a Bolivia, los dos agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA) Salvador Leyva y Edgar Fernando Fritz. La misión de los terroristas yanquis era realizar bajo la fachada de un curso antidrogas organizada por la FELCN y la NAS, una operación secreta para involucrar al viceministro Felipe Cáceres en actividad de narcotráfico y golpear políticamente al presidente Evo Morales. Tras una denuncia en la prensa publicada el sábado 18 de mayo, partieron con destino a Panamá. La Casa Blanca siempre dispuesta a defender los actos más indefendibles de sus agentes, esta vez guardó un candoroso silencio.

Alianza Pacífico, el nuevo club neoliberal en el camino del ALCA

La VII Cumbre de la Alianza del Pacífico en Cali (Colombia), realizada el 23 de mayo de 2013 por los países fundantes: Chile, Colombia, México y Perú, contó además con la presencia de Costa Rica que fue incorporada como miembro pleno y como observadores Uruguay, España, Canadá, Panamá y Guatemala, adicional de otras delegaciones del Pacífico.

Más allá de la retórica sobre las posibilidades económicas florecientes que se abren para los miembros, lo cierto es que esta alianza de países con gobiernos de derecha, aparece en el escenario suramericano como un polo de confrontación, con el ALBA por una parte y, el MERCOSUR por la otra.

Días más tarde de esta reunión, el presidente Santos de Colombia anunció la intención de sumar a Colombia a la OTAN.

«El ALBA sigue en ofensiva, a la calle, a la carga, para seguir construyendo un mundo nuevo en nuestra América Latina y caribeña»

(*declaración del canciller Elías Jaua en la 43º Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, al anunciar el retiro de la Junta Interamericana de Defensa.)

La respuesta de los presidentes de los países del ALBA, ha sido contundente. Rafael Correa en la asunción a su segundo mandato presidencial en Ecuador expresó: “Quiero decirles compañeros que, este gobierno del Ecuador está comprometido primeramente con su pueblo, pero también con los demás pueblos de América Latina. Cuenten con el gobierno de Ecuador, porque ya no somos el patio trasero de nadie”. Días más tarde en Cochabamba, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela afirmó: “Hemos logrado conquistar el poder político por primera vez en dos siglos y estamos construyendo una nueva patria, libre, independiente y soberana, una patria de iguales, no podemos dormirnos. El imperialismo norteamericano ha sacado cuentas”.

Respuesta de los países del ALBA

TIAR

En el Congreso de la OEA, realizado en junio de 2012 en Cochabamba, (Bolivia), cuatro países del ALBA se retiraron del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. Bolivia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua señalaron, en el comunicado que anuncian su decisión: “El TIAR fue creado como mecanismo de defensa continental colectiva como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y su seguimiento por la Guerra Fría, que condicionó y determinó los instrumentos jurídicos internacionales aparentemente destinados a asegurar la paz y la seguridad dentro del marco geográfico interamericano. Sin embargo, el TIAR demostró ser un instrumento para responder supuestas agresiones de potencias extracontinentales (Unión Soviética y China), demostrando su inutilidad cuando una potencia colonial extracontinental agredió a Argentina en respuesta a su reivindicación legítima de la soberanía de las Islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur, ocasión en la cual un Estado Parte del Tratado –EEUU- apoyó la agresión. En la práctica, el Tratado ha perdido legitimidad y vigencia por lo que los países abajo firmantes anunciamos -en el marco de la 42 Asamblea General de la OEA- que procederemos a la denuncia formal del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), con fundamento en el artículo 25 del Tratado”.

Estados Unidos, deploró la decisión pero anticipó que la respetará. En la práctica al imperio sólo le quedaba tratar de realizar una salida elegante.

CIADI

Los arbitrajes del CIADI han sido en forma constante a favor de las transnacionales que actúan en América Latina. Bolivia fue el primer Estado en presentar la denuncia de la convención del CIADI (denuncia notificada en mayo del 2007 y efectiva en noviembre del 2007), seguida por Ecuador (denuncia notificada en julio del 2009, efectiva en enero del 2010).Venezuela anunció oficialmente su denuncia el pasado 24 de enero del 2012 (ver nota con texto del comunicado)

Junta Interamericana de Defensa

El 6 de junio, en el marco de la 43º Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, celebrada en Guatemala, los países del ALBA, anunciaron que se retiraban de la Junta Interamericana de Defensa. El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño, vocero del grupo expresó: «La JID ha hecho de nuestros Ejércitos y policías apéndices de los intereses norteamericanos y su función es formar gente para vigilarnos y controlarnos», fustigó el diplomático ecuatoriano.

Contradicciones y futuro

El ALBA y su proyecto político están condicionados básicamente por cuatro elementos centrales. a) La crisis capitalista mundial; b) el desarrollo de la conciencia política de la clase trabajadora y sectores oprimidos de los países del bloque y de América Latina; c) el papel que jugarán las vanguardias políticas y finalmente d) el papel que jugarán sus actuales dirigentes.

a) Crisis capitalista

En primer lugar debemos decir que la crisis capitalista se expresa en un marco político complejo. En la actualidad, los enfrentamientos políticos (y en muchos casos militares) se manifiestan en distintos planos: A) en el de los países imperialistas entre sí; B) en el de las burguesías de los países imperialistas contra los trabajadores en sus propios países; C) en el del imperialismo y las burguesías asociadas de los países dependientes contra los trabajadores de estos países, y D) en el del imperialismo contra los países del Tercer Mundo.

Sobre la crisis sólo podemos decir, que sea como fuese que en el corto plazo los países centrales la resuelvan, lo cierto es que no hay vuelta atrás. El capitalismo no puede salir de ella con más capitalismo. Ya no existen posibilidades para una nueva curva ascendente. Pero menos aún puede el planeta y los pueblos soportar más capitalismo, sin entrar en una degradación en picada.

b) Conciencia de los explotados.

Estamos soportando el fuego devastador de la sociedad de consumo que, fractura, disuelve valores de solidaridad, y expone las peores lacras del ser humano. En este marco, la lucha política e ideológica en el campo de batalla, que es la conciencia de las clases oprimidas y explotadas, es central. Contrarrestar y frenar esa ofensiva individualista de la cultura capitalista, impone a lxs revolucionarixs esfuerzos importantes y altísima capacidad creativa a la hora de expresar nuestras ideas. En este camino, la construcción de la unidad social de los trabajadores y los pueblos en el camino hacia la unidad política adquiere importancia determinante.

c) Vanguardias y sus dirigentes,

El drama es que al estar fracturada nuestra clase, fatalmente está fracturada la dirigencia. Esta fractura trae como consecuencia que muchos dirigentes opten sólo por buscar respuestas pragmáticas de corto plazo, corporativas. Sin embargo también están aquéllos que no pierden de vista el horizonte estratégico, el socialismo. Pero ese camino, también está sembrado de nuevos desafíos, teóricos y políticos. No siempre nos es dado encontrar la síntesis que dé respuestas inmediatas y estratégicas en el terreno de una realidad cambiante y difusa.

Estas son a nuestro juicio algunas de las razones centrales de las oscilaciones del ALBA, entendiendo que el ALBA son la clase trabajadora y los pueblos oprimidos, sus vanguardias políticas y sus dirigentes, desde presidentes a dirigentes de base.

Sin embargo, la bandera que han plantado las mujeres y los hombres del ALBA, ya no puede ser desconocida, en ningún lugar del planeta y sigue siendo en la actualidad la única propuesta clara y palpable de que existe una alternativa al capitalismo.