Reproducimos nota de ATE Sur
7/8/2020
? La incompetencia de las autoridades y su subestimación de la pandemia empujan a la institución hacia sus horas más oscuras.
? Como veníamos anunciando y denunciando, la ausencia de un protocolo específico acorde a las necesidades de la institución, la desidia y el desinterés para atender el reclamo de lxs trabajadorxs por parte del Organismo de Niñez que dirige Eva Asprella y que tiene como directores provinciales ligados al área penal a Omar Moya y Martín Mollo, sumado al faltante de personal que se acentuó por la pandemia y los oídos sordos ante las sugerencias de los que conviven diariamente con los jóvenes alojados en la institución, fue el combo que originó la explosión de contagios que se pudieron evitar entre trabajadorxs y pibes en el CREU de Lomas de Zamora.
Ante la gravedad de la situación, fuimos transitando un proceso asambleario, denunciando sistemáticamente a través de varias presentaciones y notas (además de interpelaciones y un paro allá por el 30 de abril) que daban cuenta del camino erróneo que habían tomado las autoridades de Niñez, quienes ponían el acento en cuestiones secundarias sin tener en cuenta la coyuntura pandémica que exige la inmediata provisión de elementos de protección personal, protocolo específico, nombramiento de personal de limpieza y de módulo.
El Organismo de Niñez intentó esconder lo prioritario bajo la alfombra. Un ejemplo de ello fue cuando dispuso alojar a los jóvenes ingresantes en el módulo 1, donde ya hay población estable, sugiriendo siete días de aislamiento y no los catorce que marcan los protocolos, a lo que los trabajadores inmediatamente no solo le pusimos un freno, sino que propusimos ingresarlos en el módulo 2, deshabitado en ese entonces.
Ante la negación en principio de las autoridades de aceptar esa sugerencia, nos endurecimos, y con argumentos sólidos se impuso la coherencia y el aislamiento en el mencionado módulo 2. Los trabajadores del CREU no solo debimos reclamar sino orientar a las autoridades para que la realidad que atravesamos no fuera aún peor de la que es.
Por otro lado, a raíz de la presión que ejercimos en el Organismo de Niñez y en la dirección del CREU, el asesoramiento y el trabajo de formación que nos dimos, sumado a la gestión de trabajadorxs de Región Sanitaria VI alarmados ante un posible brote, el pasado martes 4 de agosto se llevaron a cabo 26 hisopados (quince trabajadorxs y once jóvenes alojados) con técnica PCR dentro de la institución, que arrojaron como resultado un alarmante 100 % positivo de COVID-19 en los testeos. Advertimos que este escenario podía avecinarse, pero lo ignoraron hasta el punto de ningunear un primer contagio allá por inicios de julio.
El acumulado total de trabajadorxs de la institución que contrajeron la enfermedad es de casi 30, más los jóvenes ya mencionados, lo que deja al descubierto la realidad que veníamos denunciando y de la que hacemos responsable al Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia en general, y por la negligencia e incapacidad a Martín Mollo, principal ejecutor de las políticas en los centros cerrados de Niñez de la provincia de Buenos Aires, que de manera permanente y sistemática subestimó una pandemia mundial librando a su suerte tanto a trabajadorxs como a jóvenes.
Este escenario pudo haberse evitado, o al menos se habría podido contener el número de contagios si las autoridades hubieran encarado desde el principio el problema de la pandemia con medidas concretas que los mismos trabajadores y trabajadoras veníamos exigiendo. Pero no se nos escuchó en ningún momento, y tampoco hubo nombramientos de planta para compensar la falta de personal. Solo tres contratos precarios que aún no tienen garantizada su continuidad.
La inacción de las autoridades, lejos de ser algo nuevo, una vez más profundiza la crisis en Niñez que ya era alarmante. Y en un contexto de pandemia de dimensiones inimaginables, hace pagar a trabajadorxs y jóvenes con su salud.