11/10/2020
A una semana de las elecciones generales en Bolivia, la situación política se tensa día a día. Desde el gobierno golpista están haciendo lo imposible para impedir que el MAS vuelva al Palacio del Quemado, al tiempo que el imperialismo yanqui actúa abiertamente alentando esa política.
Once meses después de haber sido volteado por un golpe cívico-policial-militar, el Movimiento al Socialismo se encuentra a las puertas de volver al gobierno. Día a día crece el descontento en la población debido a la situación económica, la crisis sanitaria y las propuestas sin sustento de la derecha.
En la actualidad, observamos un cambio importante en la situación política. El apoyo al MAS es masivo, las masas van a los actos de manera consciente, cuando muchas veces, durante el gobierno de Evo, eran concentraciones casi obligadas. Al mismo tiempo, las actividades públicas de la derecha tienen poca asistencia.
En agosto, durante los bloqueos, se luchó por las elecciones, y sin esa lucha no habría elecciones el 18 de octubre. Esa es una realidad incontrastable. Parados en esa decisión de lucha diversos sectores de masas elevaron su reclamo y pidieron la renuncia de la autoproclamada Jeanine Añez. Cuando se fijó la fecha del 18 de octubre, el sentido del movimiento cambió para apoyar la campaña electoral del MAS, sabiendo que aunque no se había logrado sacar a Añez del gobierno, era posible hacerlo en octubre.
La amplia mayoría de quienes están apoyando al MAS no cree aún que haya que profundizar el Proceso de Cambio hacia metas más radicales. Ese salto en la consciencia será parte de un proceso. Y para algunas compañeras y compañeros ese avance se podrá dar cuando se recupere el gobierno. Aún así no son pocos los colectivos que impulsan avanzar más allá de donde se llegó en los primeros catorce años.
Una fracción de la población que avanzó organizativamente y políticamente han sido las mujeres. Las mujeres de polleras han jugado un papel protagónico, no sólo en los bloqueos, también en lo político. Los fascistas también registraron esto y por eso las han atacado con furia y odio.
En el caso del bloqueo de agosto, Segundina Flores, secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, criticó a aquellos dirigentes de clase media que durante catorce años llevaron al gobierno a cometer errores políticos. Allí dijo: “Nosotros no estamos traicionando la lucha del pueblo, seguimos defendiendo. Siguen traicionando los señores que nos han llevado al golpe del Estado, los señores de clase media quienes conducían el Proceso de Cambio, quienes conducían al Movimiento Al Socialismo; no nos han dejado conducir ni el Proceso ni al Movimiento Al Socialismo. Esos señores siempre están hablando a nombre de nosotros, a las costillas de nosotros, al sudor de nosotros, a la lucha de nosotros, siguen utilizando el nombre del ex-presidente Evo Morales».
En la actualidad a pesar de que hay algunas mujeres de pollera como candidatas a diputadas, va a ser una dura lucha política profundizar su participación, y ya desde las Bartolinas y de Tupac Katari están pidiendo mayor protagonismo en el futuro gobierno.
Mientras tanto, muchos sectores opinan que Evo continúa actuando en función de lo que dice su entorno, un sector que ha limitado el avance del Proceso de Cambio. Por ello es que el candidato a presidente Lucho Arce, y el candidato a vicepresidente David Choquehuanca, han expresado que ese entorno no debe volver al gobierno.
Pese a que Arce continúa con la línea de Evo, muchas compañeras y compañeros consideran que llegados al gobierno, Evo no va a tener tanta influencia y Arce va a tener que responder a las exigencias y reivindicaciones que pida el pueblo. Mientras tanto, Choquehuanca no piensa que esta sea una lucha política-estratégica, por eso lleva adelante una propuesta de diálogo que se traduce en un discurso más potable para los oídos de las capas medias.
La situación social y económica es cada vez más compleja. En diez meses de gobierno de facto hay más de dos millones de nuevos pobres en Bolivia, en tanto que Bolivia es el tercer país con más muertes por covid19 cada millón de habitantes. Esta crisis económica y sanitaria también a golpeado a las capas medias, que en las pasadas elecciones de noviembre había volcado su voto a la derecha.
Les trabajadores de mejores ingresos también han visto como se han degradado sus condiciones económicas. Muchos han tenido que sacar de sus ahorros para pasar esta pandemia. Al mismo tiempo también muchos y muchas han sido despedidos, tanto del Estado o de empresas privadas, con lo que la situación ha empeorado para esta fracción de la población. Por estas razones, no es tanto el programa que levanta el MAS lo que los atrae, para ellos el MAS dio 14 años de estabilidad económica. En consecuencia, su voto no estará regido por la consciencia política o su corazón, sino por su bolsillo.
Situación pre-electoral
Después de las jornadas de agosto el apoyo al MAS es mayoritario y se calcula que ronda el 40%. Todas las encuestas señalan el apoyo mayoritario a los candidatos del MAS, Luis Arce y David Choquehuanca, alrededor del 42%. Y para Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana (CC), dan un 26%; y para Fernando Camacho de CREEMOS un 20%. Con esos números el MAS ganaría en primera vuelta, ya que el sistema electoral boliviano considera que se va a segunda vuelta si ninguno de los candidatos consigue mayoría absoluta o una votación de más del 40% con una diferencia de 10% sobre el segundo.
Mientras esta realidad se va afianzando los medios hegemónicos están apostando a influenciar al electorado indeciso para que vote en contra del MAS y de esta manera forzar una segunda vuelta. Por ello cada vez está más claro que la renuncia de Añez a su candidatura a la presidencia no solo se debió a su caída libre en las encuestas, sino a una orden directa de EEUU para evitar una dispersión del voto.
En tanto, el caso de Camacho es distinto, porque no se va a bajar de la candidatura y hay importantes rumores que indican que EEUU está apostando muy fuerte a su candidatura y no tanto a Mesa al que consideran que no es un hombre firme. En tanto Camacho ha demostrado que está decidido a ir en defensa de los intereses capitalistas concentrados y el imperialismo como demostró encabezando el golpe de noviembre.
El problema es que, aún cuando el MAS estaría ganando si se cuentan los votos válidos, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero y todos los miembros del Tribunal han sido colocados allí por los golpistas.
En el caso de Romero hay antecedentes concretos sobre su alineamiento con Washington. En las elecciones de Honduras, donde fue enviado por EEUU al frente de una ONG, dependiente de la USAID, su participación fue determinante en la persecución y proscripción del ex presidente Manuel Zelaya y su legitimación de los fraudes posteriores fue central para que los golpistas hondureños se perpetúen en el poder.
El gobierno de facto Añez quebrado y en caída libre
La Defensoría del Pueblo de Bolivia llegó a la conclusión que en la represión policial-militar en Sacaba y Senkata, en noviembre de 2019, hubo una masacre y que el Gobierno cometió delitos de lesa humanidad.Como consecuencia de esto la Comisión de Derechos Humanos de Diputados convocó al ministro de Gobierno, Arturo Murillo y de Defensa Luis Fernando López a que asistan para dar informe sobre estos hechos. Pero como era de esperar, los ministros decidieron no concurrir. El pueblo boliviano espera que los responsables materiales e ideológicos de estas masacres y otros actos de violencia contra las masas sean juzgados cuando el MAS retome el gobierno.
Paralelamente, aumentan las denuncias de corrupción. En once meses, el gobierno golpista de Jeanine Áñez acumula al menos 24 casos de corrupción e irregularidades como la compra de respiradores, gases lacrimógenos, venta de cargos, cobros ilegales, irregularidades en YPFB, Entel, Ende y la DGAC, entre otros.
Mientras tanto a 20 días de las elecciones presidenciales la autoproclamada presidenta, Jeanine Áñez echó al ministro de Economía por oponerse a un decreto de privatización de la ENDE (Empresa Nacional de Electricidad de Cochabamba). A este alejamiento se sumó más tarde la renuncia del titular de la cartera de Trabajo del funcionario encargado del ministerio de Desarrollo Productivo.
Mientras en las fuerzas policiales, que fueron determinantes en el golpe de noviembre, hay diferencias entre los Altos Mandos ligados a la cúpula golpista y los sectores subalternos; entre otras cosas porque a la suboficialidad y la tropa se le había prometido que su jubilación sería del 100% de su sueldo en actividad y eso todavía no se cumple.
Golpe de Estado, fraude, violencia fascista
En Bolivia el pueblo es consciente que, con militares patriotas o sin militares patriotas, nadie le va a regalar una revolución al pueblo. Uno de los problemas es que durante catorce años, y a pesar de que Evo se reunía habitualmente con el Alto Mando y otros sectores de las FFAA, no se pudo constituir ni siquiera un grupo pequeño afín al Proceso de Cambio dentro de las fuerzas armadas.
Ante la situación social y pre-electoral hay muchas señales que el gobierno de facto, sostenido por el imperialismo yanqui prepara algún tipo de acción que impida llegar al gobierno al MAS.
En este momento el Alto Mando Militar de las FFAA es el ala más radical del gobierno y la derecha. Entre ellos hay dos líneas. La de las Palomas que apuestan al fraude electoral y la de las Águilas que propician un golpe de Estado. Para las Águilas hacer un fraude en este momento, con todas las encuestas dando triunfador a Lucho Arce es inconcebible y nada coherente. Por eso proponen preparar un golpe militar aunque no el clásico de las décadas de los ´70 y ´80.
Fraude
“Ayer me reuní con el ministro de Gobierno de Bolivia Arturo Murillo. Me transmitió su preocupación sobre posibilidad de nuevo fraude en las Elecciones Generales 2020. Nos comprometimos a máximos esfuerzos para fortalecer la Misión Electoral de OEA en Bolivia y para asegurar la voluntad del pueblo”, escribió el miércoles 30 de septiembre el secretario general de la OEA, Luis Almagro en su cuenta de Twiter.
Esa reunión entre Murillo y Almagro es muy rara. ¿Alertan un fraude en las elecciones? ¿De quién? Teniendo en cuenta que Murillo es el actual ministro de Gobierno, las posibilidades de fraude caerían en sus manos. Paralelamente, se ha conocido que la USAID ha ocupado silenciosamente y con la complicidad del presidente del TSE, Salvador Romero, los sistemas de conteo rápido y el sistema de cómputo.
La única posibilidad de fraude está en manos del gobierno golpista y tiene dos objetivos que son distintos. Uno, forzar una segunda vuelta y luego hacer fraude en ella que sería una de las opciones de las Palomas. La otra razón es lograr un clima de inestabilidad política que amerite, en la visión de las Águilas, un golpe de estado para sostener las actuales instituciones.
Violencia fascista
Para lograr ese clima de inestabilidad política el poder fáctico está dispuesto a usar dos vías. Una, la de noviembre, es decir, generar una situación de violencia utilizando a grupos paramilitares, ex policías, provocadores rentados, grupos de choque de jóvenes de Santa y Cruz y Cochabamba.
La otra vía es denunciar que sectores del MAS pretenden asaltar el poder por la fuerza. Para alimentar esta versión el viceministro de Régimen Interior, Javier Issa, señaló que: “Se tiene informe de Inteligencia que existen movimientos de personas radicales que supuestamente indican que no van a permitir que ningún otro partido que no sea al MAS se quede en el Gobierno”. Al mismo tiempo, el ministro Murillo, refiriéndose al MAS, dijo: “Vienen las elecciones el 18 de octubre, la presidenta lo ha dicho con claridad: no se hagan a los vivos, la Policía Nacional va a actuar, el Ejército va a actuar, nosotros no estamos de adorno”.
En esta línea de acción de culpar al MAS por la violencia, un diario británico ha denunciado en estos días que fuerzas de extrema derecha ligadas gobierno golpista estarían montando atentados de “bandera falsa” para incriminar al MAS y anular las elecciones. Los documentos dicen que las amenazas de bomba podrían apuntar a hoteles donde se alojarán observadores internacionales de las elecciones presidenciales.
Respuesta popular
No sólo la militancia del MAS está en alerta máxima ante el escenario golpista-fascista. Distintas organizaciones y colectivos populares se están organizando para defender el voto popular con distintas metodologías.
En el momento de publicar esta nota, a pocos días de las elecciones, la situación se tensa por minutos. Los actos del MAS en distintas regiones de Bolivia, han sido masivos y el pueblo espera con esperanza la vuelta al gobierno, pero también con preocupación porque saben que en Bolivia el principal enemigo no es la derecha fascista, los racistas croatas de Santa Cruz, la oligarquía apátrida. El enemigo principal en el país del altiplano, como en toda Nuestra América, es el imperialismo yanqui. Por eso esta batalla electoral no sólo es para recuperar mejores condiciones de vida, profundizar la democracia, afianzar la participación de las mujeres en la vida política, eliminar el patriarcado entre otras reivindicaciones; la batalla que se libra es para expulsar al imperialismo de nuestras tierras. El 18 de octubre esa batalla tiene un capítulo importante en Bolivia y todas y todos los militantes populares de Nuestra América estaremos apoyando al pueblo boliviano que conoce, y mucho, como darle la pelea a los gringos.