Posted on: 6 diciembre, 2020 Posted by: MULCS Comments: 0

6/12/2020 – Después de un largo año de pandemia, que ha afectado gravemente a la salud de nuestra población y también ha generado mayor pobreza, desocupación y desigualdad, ha comenzado a cambiar la situación social y política. Las expectativas de vacunación masiva contra el covid19, el paso del “aislamiento” ASPO al “distanciamiento” DISPO, y la disminución de los contagios según los indicadores oficiales, especialmente en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, van marcando una modificación de la situación.

En ese marco, en los primeros días de diciembre comienzan de desarrollarse más conflictos obreros y populares, después de un año que tuvo el menor nivel de movilización social en más de dos décadas. Los reclamos crecientes de trabajadoras y trabajadores de la salud (con más 60.000 contagiades de covid19 en el sector laboral), de les trabajadores de la educación (con especial relevancia en Mendoza), las luchas contra la megaminería en Chubut, las luchas contra despidos y precarización laboral, el paro nacional de la Federación aceitera, son una señal clara en este sentido.

El 3 de diciembre se realizó una inmensa movilización convocada por el frente de lucha territorial, que integramos desde el MULCS junto a las organizaciones del Movimiento de los Pueblos, con una fuerte repercusión nacional (http://mulcs.com.ar/index.php/2020/12/04/masiva-movilizacion-de-los-movimientos-territoriales/). Frente al avance del pobreza (el último relevamiento de la UCA indica que más del 45% de la población y el 65% de les niñes son pobres), el enorme trabajo de los movimientos territoriales es insuficiente para sacar de la miseria a millones de personas. Por cierto, existen líneas de acción muy diferentes entre los movimientos sociales: mientras las organizaciones enroladas en la CTEP y la UTEP buscan “contener” la situación social y actúan con mayor o menor consciencia como “bomberos” de la crisis, otros movimientos intentamos organizar al sector más empobrecido de nuestro pueblo trabajador para dar una lucha masiva por la recuperación de nuestras condiciones de vida, golpeada por largos años de pobreza estructural.

El Gobierno del Frente de Todos supone que habrá una mejora de la situación económica, es decir un “rebote” a partir del piso al que nos llevaron la pandemia y la crisis económica. Pero es evidente que no tienen la seguridad ni siquiera que ese rebote mínimo se produzca: por eso la mayoría de los gobernadores y del PJ plantean abiertamente que no se hagan las PASO para las elecciones de 2021. El Gobierno necesita mostrar mejoras en las condiciones de las mayorías para asegurarse la mayoría parlamentaria. La derecha de Juntos por el Cambio buscará cualquier fisura para golpearlos, y especialmente para seguir “aprovechando la crisis” a favor de las ganancias de las grandes empresas. Y el sector más derechista del Frente de Todos busca también limitar cualquier medida que incomode a la gran burguesía argentina, representada por la AEA.

Crujidos internos del Gobierno

En ese marco, crecen las disputas internas en el Gobierno, en especial sobre cómo avanzar en un acuerdo general con el FMI que no los deje demasiado expuestos ante los ojos de les trabajadores y el pueblo. Saben que es imposible satisfacer completamente las demandas del FMI, el capital financiero y los poderosos de siempre, y dar respuestas de peso a las acuciantes necesidades populares. El Gobierno está complicado en los apoyos que necesita de clases sociales que son antagónicas entre sí, por supuesto eso no significa que no pueda asegurarse el apoyo en los elecciones del año próximo ante el rechazo que produjeron en nuestro pueblo los años del Gobierno macrista en nuestro pueblo. Para el PJ y el FdT se trata de apoyos para gobernar ahora, antes de un supuesto acuerdo beneficioso con el Fondo por la renegociación de la deuda contraída por Macri.

Como señala Claudio Katz en una nota reciente: “El gobierno tolera la inflación y el deterioro del salario, pero ensaya atenuantes con bonos e incrementos en la tarjeta de los alimentos. Mientras recorta el IFE prorroga limitadamente los ATP. Descongela las tarifas con auxilios a los usuarios más empobrecidos y permite la expansión de los despidos que formalmente prohíbe…No satisface las necesidades populares y tampoco avala las exigencias de los poderosos. Por un lado soslaya medidas de disciplina cambiaria y freno a la carestía y por otra parte resiste el maximalismo de la derecha. Con emisión, recortes de gasto y un nuevo endeudamiento va tirando a la espera del rebote económico del 2021” (https://katz.lahaine.org/b2-img/CONPANDEMIAYSINMARADONAELPRIMERAODEALBER.pdf).

El velorio de Maradona en la Casa Rosada fue un justo reconocimiento a una persona tan querida y valorada por la gran mayoría de nuestro pueblo, más allá de las críticas posibles y necesarias por su machismo o sus contradicciones con los mismos sectores de poder que lo detestaban por “zurdo” y por “mal ejemplo”. Pero la desorganización del velorio mostró una gran debilidad política y organizativa: por primera vez en años, una parte del pueblo entró a la Casa Rosada sin ser invitado, mientras en el Gobierno le echaban la responsabilidad al gobierno reaccionario de la ciudad, y trataban de disimular sus conflictos internos (https://www.baenegocios.com/columnistas/Crujen-los-ultimos-puentes-de-la-Argentina-fragmentaria-20201126-0179.html).

Frente al malestar de nuestres jubilades y en buena parte de nuestra clase trabajadora, en el Senado el bloque del FdT modificó el proyecto de movilidad jubilatoria: el incremento miserable del 5% en diciembre no será “a cuenta” de la nueva ley, los aumentos serán cada tres meses y no semestrales, y el índice utilizado será más parecido al existente durante los años kirchneristas. Pero queda sin responder la principal preocupación de les jubilades: es necesaria una cláusula que garantice que el aumento trimestral nunca será inferior a la inflación de esos meses. Como sabemos, la mayoría de nuestra clase trabajadora jubilada cobra 19.000 pesos, muy lejos de la canasta de pobreza que ronda los 50.000 pesos.

Tanto en este tema como en la carta del bloque de senadores al FMI (que analizamos en http://mulcs.com.ar/index.php/2020/11/21/la-negociacion-con-el-fmi-resistencia-y-unidad-para-derrotar-a-los-de-arriba/), se percibe el debate interno en el Gobierno, y el rol de fiscal interno que van adquiriendo Cristina y los sectores kirchneristas, corrigiendo el rumbo pero sin modificar la política general.

Sigue la negociación con el FMI

Como ya señalamos anteriormente, el FMI seguirá reclamando el cobro de la deuda contraída por el macrismo para facilitar una nueva y gigantesca fuga de capitales. Pero sabemos que para el Fondo, que expresa los intereses del capital financiero y especialmente del poder permanente de los Estados Unidos, es mucho más importante sostener el control político y económico de los países donde actúa, que cobrarse sus deudas. En verdad, ese es su objetivo central y constante.

Es imposible no analizar las modificaciones en la movilidad jubilatoria sin verla en ese plano. El ministro Guzmán, con aval general del Gobierno, había hecho una nueva concesión al FMI, mostrando “voluntad de ajuste estructural”. Pero el proyecto de ley fue modificado por los “sectores políticos” del Gobierno, que ven como hacía peligrar el apoyo de su propia base social.

La postura de mayor dureza discursiva del bloque de senadores del Frente del Todos en relación al Ministerio de Economía puede ser leída, por cierto, como el viejo juego del “policía bueno y del policía malo”, pero también expresa las dificultades de la coalición gobernante.

Las diferencias al interior del Gobierno, y la disputa con la derecha de Juntos por el Cambio, no impiden que tengan acuerdos en cuestiones de fondo. Esta semana, el Senado votó una nueva ley de de sustentabilidad de la deuda pública internacional, incluyendo al acuerdo con el FMI, con apoyo de Juntos por el Cambio. Es una nueva manifestación del Partido de la Deuda: tuvo 65 votos a favor y ninguno en contra. El FMI quiere también asegurarse que su acuerdo con el Estado argentino tenga el mayor apoyo posible para garantizar el pago de lo acordado, y para tener injerencia en la economía nacional.

Vamos por una salida popular a la crisis

Ante las disputas de los de arriba y los inmensos sufrimientos de nuestra clase trabajadora y nuestro pueblo, es más necesario que nunca construir otra propuesta, una propuesta que no negocie sino que enfrente a los poderosos y a los dueños de todas las cosas. Falta que irrumpa en la realidad política y social el peso social de les trabajadores y las mayorías populares, desde una perspectiva de cambio profundo.

El movimiento popular y la izquierda tenemos que dotarnos de una política para las mayorías, e intervenir con fuerza y decisión, para que los intereses populares no sean llevados, como nos suele ocurrir, al terreno de la negociación con los de arriba y a la imposible conciliación de clases contrarias.

Desde el Movimiento de los Pueblos: Por un socialismo feminista desde abajo, junto a otras organizaciones compañeras, venimos planteando la necesidad de una salida popular a la crisis.

Esa propuesta tiene como ejes centrales la suspensión de pagos e investigación de la deuda pública (en el camino de la Autoconvocatoria); el control del comercio exterior y la eliminación de la fuga eterna de capitales; la soberanía alimentaria contrapuesta al modelo del agronegocio y al extractivismo; Tierra para Vivir y para Producir; el derecho al aborto legal, seguro y gratuito; la reactivación del empleo y del salario, con paritarias superiores a la inflación para todes; impuestos permanentes a los ricos y a las grandes empresas; y el cese de la represión policial a los reclamos populares.

En estos días, avanza la discusión legislativa sobre el derecho al aborto, que condena fundamentalmente a las mujeres y personas gestantes más empobrecidas de nuestro país a realizarse interrupciones del embarazo en condiciones precarias y clandestinas. Desde nuestras organizaciones promovemos la mayor participación popular, frente a la acción del Gobierno que presenta correctamente la Ley (que tiene algunas limitaciones importantes: http://mulcs.com.ar/index.php/2020/12/05/aborto-legal-seguro-y-gratuito-es-urgente-que-sea-ley/), y al mismo tiempo no quiere promover la movilización por sus acuerdos con la Iglesia y otros sectores reaccionarios. Desde el MULCS adherimos a la posición de las compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito de apoyar al proyecto y la lucha en las calles hasta que sea ley.

En este contexto, desde el Movimiento de los Pueblos, el FPDS y Marabunta estamos organizando un acto popular para el sábado 19 de diciembre, a 19 años del inicio de la rebelión popular que derrotó al gobierno de De La Rúa y cuestionó la dominación que ejercen sobre nuestro pueblo los poderosos de siempre (los bancos, los monopolios y el imperialismo). Hay que avanzar en la salida popular a la crisis, desde abajo y con la fuerza de quienes queremos cambiarlo todo.

Porque sabemos que si no construimos el poder del pueblo no lograremos destruir el poder de los arriba, y en esa pulseada se juega siempre el futuro de las mayorías populares.