Posted on: 11 marzo, 2021 Posted by: MULCS Comments: 1

11/3/2021

El pasado sábado 6 de marzo, a la tarde, en una habitación del Hospital de Clínicas, falleció el compañero Natalio Maccarini, Nata. Tenía menos de 40 años. Su enfermedad, un tumor cerebral descubierto el año pasado, y la situación económica agravada por la pandemia, hicieron que se nos fuera tan temprano. Era el principal impulsor de la escuela de cerámica que funciona en el último piso de nuestro Centro Cultural “Manuel Suárez”, y de la cooperativa productiva de cerámica. Lo recordaremos siempre con su sonrisa, modelando nuevas vasijas, ayudando a les compañeres que pasaban por sus cursos , atravesando la vida con arcilla.

Para recordarlo, van estas palabras, escritas por Iván y por Sole, que nos dejan un poco de lo que era Nata.

. Fue un sábado de cielo límpido y calor amable, te visite por la tarde y mi sorpresa al verte fue absoluta, eras el mismo de antes del derrotero que te jugó tu cuerpo, alegre, atento y sincero, mi amigo. Mientras que compartimos esas dos o 3 horas me contaste de proyectos, tus estados y cosas, conversaste por videollamada con tu ahijada Sofi con jovialidad y cariño, incluso le recomendaste (enfrente de un docente como yo) que no deje apisonar su creatividad por el sistema educativo. Querías ver a tu gato, Sureste. Me propusiste que vuelva a tomar clases de alfarería con vos y te recordé que me debías una. Da bronca.

Tenías ganas. Me dijiste que era como volver a nacer y así te veía yo, radiante. Te preparabas para recibir a Euge con ganas de verla, y supongo de irle devolviendo, lo tanto que te dio en estos duros meses. Luego te sucedió conmigo tu terrible partida, inesperada, brutal.

Imposible sintetizar los últimos 5 años creo desde que te conocí, pero dignidad, cariño y belleza era lo que siempre llevabas a la práctica. Era lindo saber que vos caías donde uno estaba o viceversa. No siempre en los espacios militantes se encuentran compañeros con tus cualidades humanas que conjuguen con los ideales que en la práctica propugnabas, no lo hacías declamando sino en cada aula, taller, trabajo y espacio: ponerte a la par del otro y preocuparte por sus dolencias, explicar hasta lo incansable, pensar diversas maneras para empoderar a les más postergades por este sistema en que vivimos, pero por el que luchabas para cambiarlo.

Cuando volví de ese trance tarde de noche en bici, en un camino muy largo, pase por la puerta de tu casa y por la Escuela de Cerámica como pa irte despidiendo, luego hoy me cruce con vos al tomarme un café en una de las ultimas tazas que me diste. Te fuiste en lluvia de esmaltes Nata, gracias por haberte cruzado conmigo en la vida, voy a extrañar que me sigas enseñando y compartiendo, imposible que no duela.

Espero te acompañe la flor que siempre te llevaba, y que me esperes donde estés amigo porque si te veo acordate que soy un inútil armando y vas a tener que convidarme de fumar de tus manos.

Natalio era ese tipo que se venía del culo del mundo a armar un horno de barro para que pibes del comedor puedan tener sus piezas, ese que al toque agarró la idea que le llevamos y la hizo propia. Él era el profe de cerámica que siempre me decía: largá la compu un rato y subí a tomar unos mates o fumar, o sólo a hablar de lo indignados que estábamos con Macri y todo lo que podíamos hacer para cambiar esta sociedad de mierda, Él era el profe que decía che miré que viene tal alumno y está teniendo este bondi, ¿podés hablar con él y darle una mano?. Solo así te voy a pensar, y espero mucho que estés en un lugar lleno de arcilla donde poder transformar todo lo que nos hace mal

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  1. Con personas de buena arcilla se transforma este mundo. Natalio presente ahora y siempre hasta la victoria!

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