Posted on: 27 junio, 2021 Posted by: MULCS Comments: 0

27/6/2021

Este 26 una multitud de compañeres volvimos a llenar el Puente Pueyrredón, a 19 años de la Masacre de Avellaneda, del asesinato de Darío y Maxi. Numerosas organizaciones territoriales, de derechos humanos, políticas y sindicales, nos volvimos a convocar para un nuevo acto arriba del Puente, al mediodía del 26 de Junio.

Más de 40.000 compañeres nos movilizamos este sábado frío al Puente Pueyrredón, escenario de tantas luchas obreras y populares desde la década del 90. La inmensa mayoría de quienes participamos lo hicimos encolumnades en los movimientos territoriales: el Frente Popular Darío Santillán, el Movimiento de los Pueblos (que integramos desde el MULCS junto a les compañeres del Frente Popular Darío Santillán – Corriente Plurinacional, ILS y el Movimiento 8 de Abril), en el MTD Aníbal Verón, en el FOL, el Polo Obrero, los distintos MTR, y en tantas otras organizaciones piqueteras.

Fuimos muchísimes, todo el Puente estaba lleno de compañeres, de cantos, de banderas. La unidad nuevamente lograda (que en buena medida se refleja en la declaración leída en el acto http://mulcs.com.ar/index.php/2021/06/27/19-anos-de-lucha-por-dario-y-maxi-declaracion-conjunta-26-6-2021/) se tradujo en algunos hechos concretos: las banderas al costado del Puente para que todes puedan ver el escenario, en la cabecera conjunta de las organizaciones que arman históricamente este acto (que estuvieron aquel 26 de terrible represión contra el pueblo), y en un escenario donde sólo estaban les familiares de Darío y Maxi y les compañeres de organismos de derechos humanos que leyeron el documento conjunto.

En 2002, el Gobierno de Duhalde, ante el reclamo de la gran burguesía y de sus medios de desinformación masiva, quiso darnos una lección colectiva con la salvaje represión del 26 de Junio, con la Masacre de Avellaneda, para que aprendiéramos que organizarnos y reclamar era peligroso. Como sabemos, le salió mal: la inmensa movilización de los días posteriores, aún bajo la lluvia, terminó de voltear sus planes de seguir gobernando, y no le quedó más remedio que llamar a elecciones presidenciales.

Tuvieron que entregar al Poder Judicial a los asesinos, a los responsables materiales de la muerte de Darío y Maxi, y de tantes compañeres herides con sus balas de plomo. Pero con el apoyo del PJ y de la inmensa mayoría del sistema político dominante, hasta el día de hoy siguen protegiendo a los responsables políticos de la represión asesina, y su castigo sigue siendo el reclamo principal de cada 26 de Junio arriba de nuestro Puente.

Este año, aún en medio de la pandemia que golpea especialmente a nuestro pueblo trabajador, volvimos a ser miles y miles quienes nos expresamos en la marcha y en el acto colectivo de repudio. Junto al documento conjunto, fuimos interpelades por las palabras de Alberto y Leo Santillán, de Mara y Vanina Kosteki, que volvieron a marcar a fuego la responsabilidad asesina de Duhalde, Felipe Solá, Aníbal Fernández, Juan José Álvarez, Oscar Rodríguez, Atanasoff, Matzkin, Ruckauf, Genoud, todos los responsables políticos de la Masacre de Avellaneda.

Sus discursos también marcaron, con claridad y con profunda tristeza, a las organizaciones populares que se integraron al actual Gobierno nacional y que dejaron el reclamo a los responsables políticos en un cajón olvidado. No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos, es la consigna histórica que enarbolamos desde las enseñanzas de las Madres de Plaza de Mayo y del movimiento de derechos humanos contra la dictadura.

La lucha contra la impunidad y por la justicia por nuestres caídes es una enseñanza colectiva que nuestro pueblo y nuestra clase trabajadora hemos comprendido. En esa lucha seguiremos insistiendo, con la fuerza y la paciencia histórica de saber que tenemos razón y corazón.