A días de cumplirse 20 años de la masacre de Avellaneda, los responsables políticos (toda la cúpula que gobernó después de la caída del gobierno de De la Rúa; pero con mayor responsabilidad Duhalde, Ruckauf, Solá, Aníbal Fernández, J.J. Álvarez, Atanasof, Matzkin) artífices de la reorganización de las fuerzas represivas previo al 26 de Junio de 2002; siguen sin ser afectados por la justicia del régimen imperante hace 20 años y en la actualidad.
Los autores materiales condenados a cadena perpetua (Fanchiotti y Acosta) están cercanos a ser beneficiados por el pedido de sus defensores con las salidas de libertad condicional, sin haber además culpables de los 30 heridos de bala de plomo y de la limpieza del hecho.
El pueblo sigue estando en las mismas condiciones miserables a causa de la crisis de deuda externa, y el triunfo del modelo económico benefactor de los sectores de poder subordinados a los capitales foráneos imperialistas, sin dejar de ser el fundamento es la tercera responsabilidad de la masacre de Avellaneda. Quien diga que no fue un crimen de lesahumanidad, debiera negar el «Proceso de Reorganización Nacional”.
En este marco de injusticia sistemática Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, siguen asesinados, con sus nombres en la estación más emblemática de las luchas de clase. La clase trabajadora desocupada y desplazada de la puja distributiva sigue organizada en manifiestos pedidos de justicia, que aunque el tiempo erosiona los rostros la memoria colectiva no olvida.
Darío Santillán y Maximiliano Kosteki
PRESENTES!!! AHORA Y SIEMPRE!!!