América Nuestra N° 5 – año 1-noviembre 2014 –
Desde el origen de la civilización, mantenemos una constante lucha de clases, que se profundiza por una sociedad sin oprimidos ni opresores. En la actualidad, además enfrentamos un gran desafío contra el fin de la humanidad.
En el marco internacional, debido al desarrollo del sistema capitalista, su etapa superior el imperialismo, afianzados primordialmente en la burocracia y fuerzas represivas, se han sofisticado contundentes métodos y formas de dominación y súper explotación. Esto conlleva indiscriminadamente al deterioro del planeta, de los recursos naturales y toda forma de subsistencia.
En el plano latinoamericano, a pesar de la hemorragia interna difícil de subsanar, que nos dejaron las dictaduras genocidas, manipuladas por el imperialismo norteamericano, nos encontramos con una alentadora perspectiva, que dio inicio con la revolución cubana. Luego se suma el valioso aporte de países como Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Ecuador y recientemente El Salvador, que integrando el ALBA de los pueblos, demuestran con su lucha y ejemplo que otro mundo es posible.
En nuestro país, al ser derrotada la estrategia revolucionaria empleada en los años 70′ se produce un desarme ideológico, político y cultural que afecta a la clase trabajadora y la juventud.
Con el retorno de la democracia burguesa, se produce una inhibición política y se naturaliza el discurso dominante.
Tal es así, que la rebelión popular del 19 y 20 de Diciembre del 2001 manifestó la ausencia de una estrategia político-ideológica con vocación de poder, la falta de unidad y organización.
Posteriormente, en 2003 la burguesía logra cumplir su principal objetivo, basado en restaurar un gobierno capitalista de “corte populista” cuya política logra capitalizar reivindicaciones populares, instaurando ciertas medidas progresistas, lo cual gana aceptación en las masas, traccionando una importante corriente juvenil a sus filas.
Sin embargo, este “proyecto nacional y popular” esconde bajo su fachada, los intereses económicos de los rectores del estado burgués. Ha domesticando la participación política, avanza demoliendo conquistas de la clase trabajadora, en nombre de “la patria” entrega nuestros recursos a empresas multinacionales, profundiza un sistema que afecta, margina y pagan las mayorías. Para subsistir necesita mantener la explotación de una clase por otra.
Frente a este cuadro de situación, hay un sector de jóvenes reticentes al accionar gobernante debido al progreso económico pos crisis 2.001, por lo cual creemos, sumamente importante la participación y formación constante de la juventud, examinar la historia nos brinda las herramientas necesarias para analizar concretamente la realidad-concreta y nos permite proyectar una política que represente los verdaderos intereses de todas y todos los esclavos del salario.
Por todo lo expuesto anteriormente, queremos brindar nuestro aporte a la unidad de la clase, las organizaciones combativas y la lucha expresada en la justa rebeldía de los pueblos por su autodeterminación. Convocamos a construir en conjunto una organización popular, anticapitalista, antimperialista, antipatriarcal, latinoamericanista, internacionalista de carácter revolucionario, para lograr romper las cadenas que nos mantienen sumisos al sistema, obtener la completa emancipación y escribir nuestra propia historia, ya que consideramos que ser jóvenes y no ser revolucionarios es una contradicción, hasta biológica.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE !