Posted on: 29 mayo, 2020 Posted by: MULCS Comments: 0

29/5/2020–En este nuevo aniversario del Cordobazo, reproducimos la declaración de las compañeras y compañeros de la CTA Bahía Blanca, cuyo contenido compartimos plenamente. Para superar la gravísima situación de la pandemia y de la miseria que provocan los de arriba sobre nuestro pueblo trabajador, necesitamos avanzar en el camino planteado en esta declaración.

A 51 AÑOS DEL CORDOBAZO

por CTA Bahía Blanca

Un 28 de mayo,a horas del 51 aniversario del cordobazo la cúpula de la CGT realiza una reunión virtual con autoridades del FMI para pedir un «acompañamiento»en la renegociación de la deuda para hacerla «sustentable».

No es nueva esta conducta rastrera de burocracias sindicales a espaldas de la base trabajadora. La misma conducta tenía buena parte de la dirigencia sindical ante la dictadura que encabezaba el general Onganía en el 69.Por eso brillaban con luz propia dirigentes como el inolvidable Agustín Tosco capaz de comprometer toda la energía colectiva de su sindicato ,el Luz y Fuerza cordobés, para confluir en la calle con miles de manifestantes de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil y protagonizar la histórica jornada del cordobazo.Un hito en las luchas obreras y el principio del fin para aquella dictadura.

Antes y ahora existía y existe esa cúpula encaramada en los sindicatos para disfrutar privilegios y prebendas y traicionar en toda la línea los intereses de quienes dicen representar. Habráse visto tamaña impostura! Ir a mendigar acompañamiento al organismo internacional que ha propiciado e impulsado todos los planes de ajuste contra el pueblo. Una conducta digna y soberana dicha con la frente alta, impulsaría hoy una campaña que les diga en la cara al FMI y a los acreedores privados en medio de la crisis:ni un peso de una deuda fraudulenta e ilegítima debe ir para ustedes mientras haya un trabajador o trabajadora sin laburo o un pibe o piba con hambre. Esa plata es la deuda con el pueblo en salud, alimentos, viviendas y educación.

Nada se puede esperar de esa gente que firma acuerdos con los patrones de la UIA para recortar los salarios de los miles de compañeros y compañeras suspendidos. Otro exponente de ese sindicalismo sumiso y genuflexo por propia conveniencia,como Armando Cavalieri de Empleados de Comercio dijo hace unos días luego de acordar un recorte del 25% de los salarios de los/as trabajadores /as suspendidos/as: «tenemos que definir un nuevo país y pensar qué les falta a los empresarios para decidir sus inversiones y qué costo laboral necesitan para la competitividad laboral». Es un mensaje de subordinación a las grandes patronales que dicen si no rebajan los sueldos,si el Estado no nos aporta el 50% de los salarios vía ATP, dejamos de invertir o dicho con más claridad si no aceptan más explotación no tendrán laburo. !Y el dirigente sindical hace suyo ese discurso!
El cinismo de los Cavalieri ,Daer y compañía echa luz sobre qué lado del mostrador ocupan. ¿Por qué esa gente se preocuparía si el aumento a las jubilaciones es de un mísero 6% si ellos viven como ricos ?Cómo van apoyar un impuesto progresivo a las grandes fortunas y a las superganancias de banqueros y grandes empresarios si repiten como loros el discurso de los Rocca,Pèrez Companc y cía.

A 51 años del cordobazo será bueno tomar las mejores enseñanzas de aquel 29 . Cuando la clase trabajadora se moviliza en función de sus propios intereses que son los derechos sociales para las mayorías no hay dictadura, patronal o burocracia capaz de contener esa fuerza colectiva. Alcanza con ver en el compañero o la compañera a alguien a quien sumar a la lucha ante las injusticias, poner bien en alto el valor de la solidaridad de clase y no subordinarse ante ningún poder político o económico que no represente nuestros intereses colectivos. Si los de arriba quieren descargar la crisis que nosotros no generamos sobre nuestras espaldas, hay que plantarse con toda la fuerza posible para defender nuestras vidas frente a la pandemia y para no aceptar ninguna extorsión que con la excusa de la enfermedad avance para pisotear nuestros derechos. No aceptar ni dar por hecho ningún recorte, ningún despido ningún convenio a la baja.

Por el contrario ajustar a los ajustadores y afirmar que una salida a la crisis a medida de nuestros intereses sólo puede contener el anhelo de un país libre de ataduras con el poder financiero internacional y que no se guíe por la lógica de la rentabilidad del capital sino que se construya sobre los vínculos de solidaridad, cooperación y fraternidad de la clase trabajadora