Como es conocido, en la noche del jueves 6 de octubre la Policía Bonaerense reprimió masivamente a la gente que iba a ver el partido frustrado entre Boca y Gimnasia, en el estadio del Bosque. Sus gases y balas de goma provocaron el asesinato de un hincha del Lobo, “Lolo” Regueiro, herides y gaseades, incluyendo un niño que perdió la vista. El testimonio de nuestro compañero, que estuvo presente en la cancha, es una muestra clara de la responsabilidad policial y del represor Ministro Berni en este nuevo ataque antipopular, a pocos días de la represión contra una comunidad mapuche en Río Negro.
A una semana de la represión en La Plata hay muchas interpretaciones cruzadas sobre las responsabilidades penales y políticas de los hechos. Pero hay algunas cuestiones difíciles de discutir: la responsabilidad operativa fue de la Policía a cargo de la “seguridad”, el Ministro Berni es doblemente responsable (por bancar en primera instancia la actuación de las fuerzas policiales, y porque es quien se debe responsabilizar de la actuación de la Bonaerense), y finalmente, el Gobernador Kiciloff es el responsable político de la situación, y sigue sosteniendo políticamente a Berni como ya hizo con la desaparición y asesinato de Facundo Castro durante la pandemia, o en la represión a las familias sin vivienda en Guernica, y en cada una de las actuaciones represivas del Ministro de Seguridad.
La represión en la cancha de Gimnasia no fue más grave por la solidaridad de la mayoría del público presente, que buscó como proteger colectivamente a las personas en mayor riesgo (personas mayores y niñes) ingresando al campo de juego, mientras la Policía gaseaba en la mayoría de las entradas al estadio.
Una vez más, la maldita policía y su jefe, Sergio Berni son la causa de una nueva tragedia, a la que la politiquería profesional reviste de farsa, sin conseguirlo. La muerte sigue siendo la aliada de ese valiente contra el pueblo, y arrastrado ante los poderosos.
La hinchada de Gimnasia se suma a los sectores de nuestro pueblo trabajador que reclama: ¡Fuera Berni!
Testimonio del compañero Alejandro Robles
“ La noche del jueves era ideal para ver un partido de fútbol. Dos equipos animadores del torneo disputando el campeonato local. Todavía no estaban colmadas de gente las tribunas, por jugar un día de semana muchas personas llegan sobre la hora del inicio del partido. Cerraron las puertas media hora antes por lo menos y muchos quedaron afuera con su entrada en la mano queriendo entrar. Fue el pretexto para comenzar a reprimir por parte de las distintas fuerzas de la maldita policía bonaerense.
Yo estaba en la tribuna que da a la avenida 60, cubierta en un 80% aproximadamente. Había lugar para muchas más personas… Apenas se inició el partido se comenzó a escuchar detonaciones de todo tipo y vimos cómo se formaba una nube blanca que avanzaba muy lentamente desde la calle 118, donde está la entrada a la platea H. Al principio pensé que era humo de fuegos artificiales que se usaron antes del partido, pero luego vimos cómo la gente de la platea H comenzaba a correr sin saber bien a dónde ir. Era gas lacrimógeno, y seguían las detonaciones sin pausa.
Veía desde arriba de la tribuna que las puertas estaban cerradas y comencé a gritar a los policías que estaban en la puerta, pidiendo que las abrieran. La nube de veneno era cada vez más grande, ya abarcaba todas las tribunas y el campo de juego. Bajé como pude para tratar de dirigirme hacia el portón de entrada sobre la avenida 60.