América Nuestra N° 5 – año 1-noviembre 2014 –
por Beverly Keene*
A mediados de septiembre, el compañero haitiano Marc-Arthur Fils-Aimé, nos envió esta nota para publicar en nuestra revista. Por los problemas que habitualmente atraviesa la prensa popular y militante, nos atrasamos con la edición. La nota de Fils Aimé sigue siendo actual para comprender la realidad de Haití, pero necesitaba ser actualizada. Ahí nos dio una mano Beverly Keene de Diálogo 2000 y la Campaña por el retiro de las tropas de Haití.
Desde mediados de septiembre cuando fue escrito la nota de Marc-Arthur Fils-Aimé, sin duda la “barca haitiana” ha seguido a los tumbos. Como ya se preveía, fueron nuevamente suspendidas las elecciones para renovar el parlamento y las administraciones municipales, allanando el camino para que el Presidente Martelly gobierna por decreto a partir de mediados de enero, cuando caducan los mandatos legislativos. Frente a este escenario continúan en aumento las movilizaciones populares reclamando la renuncia del presidente, considerado ilegítimo por amplios sectores de la población a raíz de las denuncias de fraude y manipulación que acompañaron su propia “elección” en 2010. Y recrudece la represión contra el pueblo movilizado, cobrando incluso su primer victima fatal a mediados de noviembre.
En medio de este grave impasse político y el deterioro social que lo acompaña, el Consejo de Seguridad votó nuevamente a mediados de octubre por renovar la ocupación político-militar de Haití. Lejos de marcar algún cambio en su rumbo, las tropas latinoamericanas y asiáticas que revisten allí como “cascos azules”, siguen cumpliendo con la ocupación tercerizada por las grandes potencias como EE.UU., Francia y Canadá, que preservan sus fuerzas para profundizar la ocupación y recolonización económica.
Es en ese marco que importantes movimientos sociales y organizaciones populares haitianos se preparan ahora para una nueva etapa en su lucha por la soberanía, la autodeterminación y la plena vigencia de todos sus derechos, más postergados aún que las elecciones. Sitúan la presencia actual de la MINUSTAH en un marco de continuidad de la ocupación estadounidense iniciada formalmente en julio de 1915, aun cuando se anticipó el 17 de diciembre de 1914, hace ya cien años, llevando las reservas de oro del país a «salvaguarda» en Nueva York. Y esperan que este año “centenario” de la ocupación y recolonización de su país será también el marco para un impulso solidario reforzado desde los movimientos populares de toda nuestra región y un nuevo horizonte de verdadera cooperación, desde los gobiernos.
*Diálogo 2000 – Campaña por el retiro de las tropas de Haití